BLOG DEL BELENISTA LUIS ABAROA Y DE LA ASOCIACION BELENISTA MAJORERA LOS PORTALES.

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Q" DECÍDETE A VOLAR Si tienes un sueño y lo quieres alcanzar sueña despierto y decidete a volar... Deja que te guÍe con su luz la LIBERTAD vuela con las alas que tan solo un sueño da... Ni el viento furioso ni la oscura tempestad, podran detenerte si te animas a volar... Y cuando lo alcances otro sueño seguirás, porque lo más bello de los sueños es volar... Tuyo es todo el cielo y su eterna inmensidad, sabes que tú puedes y lo tienes que intentar... Llega el arco iris pero sigue el más allá, porque lo más bello de los sueños es volar..". Un beso Suny en el alma belenista

música para belén 2011-belén de la carpa gran tarajal

Al menos que esté a disposición de quienquiera este montaje propio sobre la historia. PULSA PARAR PARA DETENER LA MUSICA DE ENTRADA Y ESCUCHAR OTROS DOCUMENTOS.
pulsa el play después de parar la música principal o completa con esta ambientación por estos días de Navidad, con las felicidades os enlazo el MESSIAS de Haendel con la orquesta y coro de Cambridge.

domingo, 24 de junio de 2012

OTROs BELeNes ESPECTACULARES,los CHECOS



Dejadme que corte y pegue este artículo de belenes checos.(MECÁNICOS).eS INTERESANTÍSIMO.PARA LEERLO TODO http://www.radio.cz/es/static/navidad09/betlemy


 En Europa Central, el primer belén fue exhibido en 1560,
 en la iglesia de San Clemente, en la Ciudad Vieja de Praga. 

 las reformas promovidas por el emperador José II,
 en la segunda mitad del siglo XVIII.,   decretaron su
 prohibición.
  A muchos s dignatarios eclesiásticos  no les agradaba que 
los fieles se distrajeran, 
Desterrados de las iglesias, los belenes empezaron a vivir su Edad de Oro en los hogares
 checos. Para muchos artesanos citadinos y para los habitantes del campo avezados en 
todo tipo de oficios, la talla de piezas para belenes y el arte de crear paisajes fantásticos
 con rocas y palacios se convirtieron en el hobby de toda su vida. Hoy en día los belenes
 populares forman parte de varios museos checos donde el visitante puede convencerse 
de que se trata de auténticas obras de arte.
El belén de Trebechovice

El belén checo más famoso es el de Trebechovice, en Bohemia Oriental. Sus autores -
 el tallista Josef Kapucián y el labrador y ebanista Josef Probost- trabajaron en el
 primoroso belén de Trebechovice durante 40 años. El belén tiene 120 figuritas que 
se mueven, 200 son fijas. El nacimiento de Trebechovice se compone en total de 
dos mil piezas talladas en madera. Sus dimensiones son muy imponentes: siete 
metros de largo por tres de ancho, y su altura es de dos metros.
Los artistas populares lograron tallar con extraordinario realismo las figuritas 
del belén de Trebechovice cuyas fisonomías, vestuario y actividades reflejan fielmente
 las de los habitantes de la región que se extiende al pie de los montes Orlické: mineros
 extraen el carbón, un herrero martillea una pieza sobre el yunque, una viejita conduce 
al pasto una cabra, zapateros remiendan el calzado, un barrillero da vuelta a un barril
 y con la cabeza inclinada golpea los aros.
Tras la muerte de sus creadores, el belén de Trebechovice acabó abandonado en un
 pajar hasta ser rescatado por el director de la escuela local y por otros entusiastas 
que se encargaron de su reparación. Así, en 1935, el belén de Trebechovice pudo 
ser expuesto en Praga, Brno, Bratislava y otras ciudades del país.
En 1967 la preciosa obra fue presentada en la exposición mundial de Montreal, y 
posteriormente en Holanda y en Londres. En el Museo de Belenes de Trebechovice
 están expuestos otros 50 nacimientos, entre los cuales destacan un nacimiento de 
cristal checo, un nacimiento de piezas recortadas de papel y el llamado belén de 
los oficios desaparecidos.
El belén de Jindrichuv Hradec
Otro de los espléndidos belenes checos está instalado en el Museo distrital de 
Jindrichuv Hradec, en Bohemia del Sur. Tomás Krýza, que se ganaba la vida
 confeccionando medias,
 trabajó en su maravilloso belén durante sesenta años. Su obra maestra es 
considerada como el belén mecánico de origen popular más grande del mundo. 
El nacimiento de Krýza cuenta con más de 1 500 figuritas, 150 de las cuales 
se mueven.
Krýza talló los torsos de las figuritas en madera, las cabecitas policromadas están
 modeladas de una masa plástica, el vestuario está confeccionado de tejidos
 impregnados. El paisaje es de papel pintado, espolvoreado con galena triturada.
 Los árboles y arbustos están confeccionados de ramitos, madera, hilo metálico 
y papel.
Tomás Krýza estaba empeñado en reflejar la vida de sus conciudadanos y 
el paisaje en que vivía. En su belén, los carpinteros y los albañiles trabajan en una
 obra, los herreros forjan el metal, un herrador hierra un caballo, un tejador repara 
un tejado, los mineros extraen mineral, una anciana saca agua de un pozo, los
 campesinos trillan el trigo.
En el belén confeccionado por Tomás Krýza en el siglo pasado, el visitante puede 
admirar asimismo figuritas que representan a pastores, burgueses, soldados,
 aguaderas, deshollinadores y floristas. Krýza instaló en el belén incluso
 un aserradero, una forja, establos, pajares y otras dependencias. 
Tomás Krýza puso un extraordinario esmero en la elaboración de cada detalle,
 y al mismo tiempo todo el conjunto es una prueba de la admirable fantasía
 e inventiva de su creador.

El belén de Trest
En la localidad de Trest, en la Meseta Checomorava, los artífices del pasado han
 encontrado continuadores entusiastas de la tradición. Las dimensiones de
 los belenes de Trest son respetables ya que suelen tener desde cuatro hasta 
seis metros de longitud. Un belén así no cabe en una habitación corriente
 de manera que algunos vecinos de Trest construyeron junto a sus casas
 una dependencia especial para albergar el belén.
Frecuentemente se trata de un belén que es propiedad de una determinada familia 
durante varias generaciones, pero sus actuales propietarios consideran 
como su deber añadir cada año algo nuevo. Durante el verano, los vecinos de Trest recorren los
 bosques en busca de tocones de interesante configuración. En casa
 los dejan secar y después los pintan de gris. Una vez incorporados al paisaje
 de belén, da la impresión de tratarse de vetustas rocas cubiertas de musgo.
En el pueblo de Trest instalan el belén sobre una amplia plataforma de madera 
en la que colocan los tocones que representan las rocas. En el fondo colocan 
el panorama de un paisaje de montaña. Una estructura de estacas cubierta de 
papel se tiende desde el horizonte hasta la base del belén. El papel se cubre de
 musgo, creándose sucesivamente un amplio paisaje con bosques, praderas, 
estanques y ríos. Posteriormente se colocan en medio del paisaje palacios y 
templos de la ciudad de Belén, situados en peldaños de madera. En el centro 
de la ciudad se instala el pesebre con el Niño Jesús - a diferencia de los
 demás belenes checos, el pesebre no se halla en una gruta o en un establo 
sino en una especie de ruinas de un viejo castillo.
Instalado el paisaje es necesario proceder a la colocación de las figuritas.
 Los primeros belenes de Trest que aparecieron en la localidad a comienzos
 del siglo 19,
 constaban de figuritas de papel, y tan sólo pasados más de cincuenta años
 aparecieron figuritas talladas en madera. Fue el ebanista Matej Suchý quien 
confeccionó hacia 1860 el primer belén de madera. Pronto halló talentosos 
continuadores de su arte de tallar- y quizás las más bellas figuritas
 fueran talladas 
a finales de la pasada centuria por el pastor Alois Boudný que imprimió a las 
figuritas una grácil ingenuidad.

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