BLOG DEL BELENISTA LUIS ABAROA Y DE LA ASOCIACION BELENISTA MAJORERA LOS PORTALES.

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Q" DECÍDETE A VOLAR Si tienes un sueño y lo quieres alcanzar sueña despierto y decidete a volar... Deja que te guÍe con su luz la LIBERTAD vuela con las alas que tan solo un sueño da... Ni el viento furioso ni la oscura tempestad, podran detenerte si te animas a volar... Y cuando lo alcances otro sueño seguirás, porque lo más bello de los sueños es volar... Tuyo es todo el cielo y su eterna inmensidad, sabes que tú puedes y lo tienes que intentar... Llega el arco iris pero sigue el más allá, porque lo más bello de los sueños es volar..". Un beso Suny en el alma belenista

música para belén 2011-belén de la carpa gran tarajal

Al menos que esté a disposición de quienquiera este montaje propio sobre la historia. PULSA PARAR PARA DETENER LA MUSICA DE ENTRADA Y ESCUCHAR OTROS DOCUMENTOS.
pulsa el play después de parar la música principal o completa con esta ambientación por estos días de Navidad, con las felicidades os enlazo el MESSIAS de Haendel con la orquesta y coro de Cambridge.

opiniones-actualidad

LES DESEO UN BUEN AÑO para la solidaridad.

Papa Francisco© AFP Papa Francisco
Los gobiernos de EE.UU. y Cuba destacaron el papel desempeñado por el papa Francisco en las conversaciones para restablecer las relaciones diplomáticas entre los dos países, que han estado interrumpidas durante más de medio siglo.

Funcionarios del gobierno estadounidense señalaron que el Papa fue clave en las negociaciones para lograr la liberación del contratista estadounidense Alan Gross, que llevaba más de cinco años en prisión en Cuba.

Por su parte, el presidente de Cuba, Raúl Castro, también agradeció su mediación en las negociaciones.

"Quiero agradecer y reconocer el apoyo del Vaticano, y, especialmente, del Papa Francisco, al mejoramiento de las relaciones
entre Cuba y Estados Unidos", dijo Castro.

Por su parte el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, afirmó este miércoles que el Papa "se complace vivamente" por el hecho de que Cuba y EE.UU. estén en camino de "superar, por el interés de los respectivos ciudadanos, las dificultades que han marcado su historia".

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El papa Francisco deja "la puerta abierta" al fin del celibato en la Iglesia, ESTO DICEN EN LOS PERIÓDICOS

El papa Francisco ha declarado que considera que, aunque cree que los curas de la Iglesia Católica deben ser célibes, la norma no es un dogma y, por tanto, es susceptible de ser modificada. “La puerta siempre está abierta”, ha dicho el pontífice que también ha hablado sobre la posibilidad de ver más renuncias papales como la de Benedicto XVI.
Estos comentarios siguen la línea de los que el papa hacía cuando era arzobispo de Buenos Aires, sin embargo estos comentarios realizados en el avión durante su viaje de vuelta tras la visita a Tierra Santa suponen la primera vez que se pronuncia sobre este asunto desde su nombramiento.  
“El celibato no es un dogma”, ha aseverado Francisco que ha reconocido que se trata de una norma de vida que aprecia mucho y que piensa que es “un regalo para la iglesia”.
En cuanto a la visita programada para este fin de semana de los líderes israelí y palestino, Begoglio ha asegurado que no se trata de una “mediación” sino de una reunión para orar.
Asimismo, ha anunciado una reunión con víctimas de abusos sexuales en el Vaticano para el próximo mes de junio y ha equiparado estos excesos con la celebración de misas satánicas.http://www.rtve.es/noticias/20140527/papa-francisco-deja-puerta-abierta-fin-del-celibato-iglesia/943541.shtml

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. En el mundo que nos rodea la convulsión no nos abandona. Los países que se creían justos y democráticos están presentando  sus caras más negras en esta crisis provocada  y PERNICIOSA. Desde las bocas más dispares se apunta la necesidad de parar esta deriva a la que van los políticos terrenales

4 de ABRIL DE 2014
AMNISTÍA INTERNACIONAL ME ENVÍA ESTE CORREO, OTRA SITUACIÓN  MÁS QUE NOS AVERGÚENZA COMO HOMBRES, SOBRE TODO COMO HOMBRES .

Irina Prentice, Oficial de Comunicaciones de UNRWA para la Crisis Siria, viajó a Siria poco antes de que se cumpliera el tercer año del conflicto. Allí se reunió con los refugiados de Palestina atrapados en la zona sitiada de Yarmouk y en 2 de los 34 refugios de colectivos que ahora albergan a 14.000 desplazados internos.



"Señor, ten piedad. Ha muerto gente. ¿Qué tipo de mundo es este en el que vivimos?", dice un anciano sollozando. "¿Es que no le importa a nadie? ¿Dónde se ha ido la humanidad de la gente?”.

Entre rayos de sol y charcos de agua estancada miro consternada a la fachada de un edificio quemado en la calle Rama en el campamento de Yarmouk. En lo que una vez fue una bulliciosa calle de Yarmouk, en Damasco, ahora sólo hay silencio. Las cicatrices de los edificios son testimonio de la intensidad de los enfrentamientos que asolan la zona.

Hombres ansiosos, mujeres, niños y niñas se acercan desesperadamente, pero con cautela, entre los escombros, con la esperanza de recibir la ayuda alimentaria de UNRWA. Viven en estado de sitio desde hace nueve meses. Yarmouk, que antes era el hogar de 160.000 refugiados de Palestina, es ahora una cárcel donde viven  atrapadas 18.000 personas que necesitan urgentemente ayuda humanitaria continua y sin obstáculos. Me cuentan historias desgarradoras de su lucha diaria por la supervivencia, en busca de alimentos y refugio seguro.

AALIYA*, es una mujer delgada, vestida de negro, la encuentro de pie en la fila para recibir ayuda humanitaria de UNRWA, me dice que piensa que ha perdido unos 20 kilos desde que hace 9 meses comenzara el asedio al campamento de Yarmouk, donde vive. No puede contener su emoción: "Hace ocho meses que los niños no tienen pan, y no hay comida para comprar", me dice.

Secándose las lágrimas, Aaliya me muestra su mano. La suciedad ha llenado las grietas de sus palmas, ásperas y curtidas. Le pregunto cómo se ha estado alimentando. "Con un grupo de mujeres, vamos al campo para intentar encontrar algo para comer. Si no hubiera malas hierbas, estaríamos muertos. Comemos una vez al día por la noche, malas hierbas y sopa", reponde. Le pregunto sobre su casa. "Mi casa fue bombardeada por lo que estoy viviendo en el apartamento vacío de alguien. No hay electricidad, no hay luz. Hemos estado cocinando con la madera de los muebles. ¿Es esto aceptable?",  me pregunta. "¿Es esto aceptable?"

La fuerza y ​​la vulnerabilidad de Aaliya son sorprendentes, pero todo en su actitud describe su agotamiento. Me pregunto cómo lo hace, cómo sale adelante.http://email.unrwace.org

El Papa dice que el defecto de la Curia es ocuparse sólo del Vaticano

Roma, 1 oct (EFE).- El papa Francisco aseguró que el defecto de la Curia romana, el gobierno de la Iglesia, es que se ocupa sólo de los problemas de la Santa Sede olvidando el mundo que le rodea, en una entrevista publicada hoy en el diario "La Repubblica".
La Curia "tiene un defecto: es Vaticano-Céntrica. Ve y se ocupa de los intereses del Vaticano y olvida el mundo que le rodea. No comparto esta visión y haré de todo para cambiarlo", explicó el papa en la entrevista al fundador del rotativo, Eugenio Scalfari.

[Relacionado: El Banco Vaticano obtuvo unos beneficios de 86,6 millones en 2012]
La entrevista se publica hoy en concomitancia con la primera reunión que mantendrá el papa con el llamado G8 de la Iglesia, el Consejo de ocho cardenales nombrados por Francisco para analizar la posible reforma de la Curia romana.
"La Iglesia tiene que volver a ser una comunidad del pueblo de Dios y los presbíteros, los párrocos ylos obispos deben estar al servicio del pueblo de Dios", añadió el papa Jorge Bergoglio.
Para el exarzobispo de Buenos Aires, en el pasado "los jefes de la Iglesia han sido a menudo narcisistas, adulados por sus cortesanos" y agregó que "la Corte es la lepra del papado".

[MásJuan Pablo II y Juan XXIII serán canonizados el 27 de abril]
Sobre su visión de la Iglesia, explicó que no se debe basar en el "proselitismo" sino "en escuchar las necesidades, las desilusiones, la desesperación y dar esperanza a los jóvenes y ayudar a los viejos, abrir al futuro y difundir el amor. Ser pobres entre los pobres".
Bergoglio indicó en esta entrevista de tres páginas que en el Concilio Vaticano II se decidió "mirar al futuro con espíritu moderno y abrir a la cultura moderna, que significaba ecumenismo religioso y diálogo con los no creyentes".
Pero el pontífice reconoció que "hasta ahora se ha hecho poco" y anunció que él tiene "la humildad y la ambición" de llevar a acabo ese camino de la Iglesia hacia la modernidad.
Respecto a los cambios que tiene previsto acometer, recordó cómo ha nombrado el Consejo de los ocho cardenales para que le aconsejen.
"No son cortesanos sino personas sabias, animadas por mis mismos sentimientos. Esto es el inicio de una Iglesia con una organización no sólo vertical sino también horizontal", destacó.
Durante la conversación con Scalfari, Francisco bromeó al asegurar que cuando tiene delante un "clerical" también él se vuelve "anticlerical de golpe" y es que, explicó, "el clericalismo nada tiene que ver con el cristianismo y que San Pablo fue el primero que habló con los paganos, los creyentes de otras religiones".
Por otra parte, aseveró que la Iglesia "no se ocupará de política", pues "las instituciones políticas son laicas por definición y actúan en esferas diferentes".
"La Iglesia no irá más allá de su deber de expresar y difundir sus valores, al menos mientras yo esté aquí", confirmó.
En la entrevista también se tocan asuntos de actualidad y Bergoglio consideró que "los grandes males que afligen el mundo son el desempleo de los jóvenes y la soledad en la que ha dejado a los viejos".
"Los viejos necesitan cuidados y compañía. Los jóvenes trabajo y esperanza", indicó.
El papa también criticó el "liberalismo salvaje" que hace que "los fuertes se hagan más fuertes, los débiles más débiles y los excluidos más excluidos", y añadió que "se necesitan reglas de comportamiento y si fuera necesario también la intervención del Estado para corregir las desigualdades más intolerables".
En la entrevista, el papa habla de los santos de su experiencia religiosa y, aunque matizó que no se puede hacer una clasificación de preferidos "como si fueran futbolistas argentinos", los "más cercanos a su alma" son San Francisco y San Agustín.
Sobre la "vocación mística" de algunos santos, Bergoglio explicó que no cree que tenga esta vocación, aunque desveló como tras ser elegido papa y mientras esperaba antes de asomarse al balcón de la basílica de San Pedro cerró los ojos y dejó de sentir "el ansia y la emotividad"
"Una gran luz me invadió, duró sólo un momento aunque me pareció muchísimo tiempo. Luego la luz se disipó, yo me levante de golpe y me dirigí a la mesa donde estaban los cardenales para firmar el acto de aceptación. Y firme", relató.
El papa termina la entrevista con Scalfari prometiendo un nuevo diálogo con el periodista, que se define ateo y a quien ya dirigió una carta sobre los no creyentes, en el que se afrontarán asuntos como el papel de la mujer en la Iglesia.
El Papa Francisco: "La incoherencia de los fieles entre lo que dicen y lo que hacen, minan la credibilidad de la Iglesia"










Durante la homilía, el Pontífice ha invitado a "vivir una relación intensa con Jesús, una intimidad de diálogo y de vida". Asimismo, ha recordado que "la incoherencia de los fieles y los Pastores entre lo que dicen y lo que hacen, entre la palabra y el modo de vivir, minan la credibilidad de la Iglesia".

El Papa durante la homilía










El Papa Francisco ha remarcado que "no se puede anunciar el Evangelio de Jesús sin el testimonio concreto de la vida" y ha alertado de que "la incoherencia de los fieles y los Pastores entre lo que dicen y lo que hacen, entre la palabra y el modo de vivir, minan la credibilidad de la Iglesia", durante la Misa celebrada en la Basílica de San Pablo Extramuros de Roma.

 El Papa Francisco ha destacado que "no se puede anunciar el Evangelio de Jesús sin el testimonio concreto de la vida" porque quien escucha y ve "debe poder leer en los actos eso mismo que oye en los labios, y dar gloria a Dios" y ha apuntado que "la incoherencia de los fieles y los Pastores entre lo que dicen y lo que hacen, entre la palabra y el modo de vivir, minan la credibilidad de la Iglesia".

"No se puede apacentar el rebaño de Dios si no se acepta ser llevados por la voluntad de Dios incluso donde no queremos, si no hay disponibilidad para dar testimonio de Cristo con la entrega de nosotros mismos, sin reservas, sin cálculos, a veces a costa incluso de nuestra vida", ha señalado.
Además, ha agregado que esto vale para todos porque "el Evangelio ha de ser anunciado y testimoniado" ya que "el testimonio de la fe tiene muchas formas, como en un gran mural hay variedad de colores y de matices; donde todos son importantes, incluso los que no destacan".
"En el gran designio de Dios, cada detalle es importante, también el pequeño y humilde testimonio tuyo y mío, también ese escondido de quien vive con sencillez su fe en lo cotidiano de las relaciones de familia, de trabajo, de amistad", ha explicado.
En este sentido, el Papa ha recordado que "hay santos del cada día, los santos 'ocultos', una especie de 'clase media de la santidad', de la que todos pueden formar parte" y también ha recordado también que "en diversas partes del mundo hay también quien sufre, como Pedro y los Apóstoles, a causa del Evangelio; hay quien entrega la propia vida por permanecer fiel a Cristo, con un testimonio marcado con el precio de su sangre".
Por último, el Papa ha invitado a "vivir una relación intensa con Jesús, una intimidad de diálogo y de vida" para reconocerlo como el Señor y adorarlo y ha explicado que 'adorar' significa "aprender a estar con él, a pararse a dialogar con él, sintiendo que su presencia es la más verdadera, la más buena, la más importante de todas" porque adorar al Señor quiere decir "darle a él el lugar que le corresponde", "creer - pero no simplemente de palabra - que únicamente él guía verdaderamente la vida".
En este punto, el Papa Francisco ha invitado a despojarse "de tantos ídolos, pequeños o grandes" que se tienen en los cuales se pone la seguridad, como son "la ambición, la búsqueda del éxito, el poner en el centro a uno mismo o la tendencia a estar por encima de los otros" y a "escoger al Señor como centro, como vía maestra de la vida".


-------------------------------------------------------------------------------------FRANCISCO EN LA TIERhttp://enriquearenz.blogspot.com.ar/2013/03/francisco-no-quiere-la-secta-de-los.htmlRA



HUMANIDAD EN LA TIERRA Y POR LA TIERRA. La llamada Carne de gallina.
EL BELENISMO NO EXISTIRÍA SI NO FUERA POR LA FUERZA DEL BIEN QUE ALIENTA A  BUENA PARTE DE LA HUMANIDAD AÚN Y  ESA MISMA FUERZA SE DESATA ANTE LA ADVERSIDAD EN MUCHOS RICONES DEL PLANETA.

12DEOCTUBRE.NO ES ESTO LO QUE HAY QUE CELEBRAR.POR UN MUNDO SIN ARMAS NI EJÉRCITOS

http://madrid.tomalaplaza.net/2012/09/24/12-octubre-2012-nada-que-celebrar-todo-por-reconocer/


h 17,30 – 18,30 : Des-file de las fuerzas desarmadas  por la calle Arenal hasta Sol . La actividad consiste en un Pasacalles formado por personas  que des-armadas expresan las reivindicaciones y necesidades de la sociedad. Portar des-armas (libros, guitarras, bolígrafos, barra de pan…) Sería un “anti-desfile” de alegría, una muestra más de que “otro mundo es posible” y que no necesitamos permiso de nadie para crearlo. Queremos un país sin armas. Gastos militares para gastos sociales
en Sol 
18,30h. Actuación de la Solfonica /Murales de la Marea Azul
h 18,45 Reconocimiento de los pueblos originarios : desmontar el discurso oficial relacionado con el día de “la hispanidad” y realizar un reconocimiento de los pueblos originarios, a los que se les ha sustraído de manera dictatorial su soberanía y derecho a participar en la toma de decisiones que afectan a sus entornos, así como son quienes sufren constantes atropellos contra sus derechos fundamentales por parte de las transnacionales que saquean sus recursos y deterioran sus medios de vida.
h 19,00:  intervenciones de testimonios de las luchas de los pueblos originarios en America, Palestina y Sahara Occidental
h 20,30 : hermanamiento y solidaridad entre los pueblos
Programa para imprimir:
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Años después de las catástrofes petroleras en las costas gallegas, amenazadas ahora las costas canarias y valencianas. este video nos pone la carne de humano al recordar como en cualquier catástrofe predomina aún lo más lindo y valioso de la especie, y ha sido  capaz esa fuerza de regenerar la naturaleza.



dirigido por Isabel Coixet


.ENRIQUE ARENZ
Los malvineses son personas como nosotros.
 En Argentina,  para que nos entretengamos en algo en el mundo  que parecería que no hay suficientes problemas , y para que no se vean los que provocan los propios políticos, se está haciendo la pascua aislando a los habitantes de Las Malvinas presionando al gobierno de Londres . Enrique Arenz, escritor argentino me envía esta entrada de su blog  exponiendo humanamente la estupidez de este nuevo siglo, del que tantas esperanzas teníamos y al que para colmo tenemos que seguir esperando porque si no no vivimos.

A treinta años de una guerra inconcebible

LOS MALVINENSES SON PERSONAS COMO NOSOTROS


Por Enrique Arenz



Yo que viví la guerra de las Malvinas con dolorosa lucidez, me siento ahora sofocado por un clima parecido. La presidente de la Nación actúa como el general Galtieri, sólo que en vez de mandar a las fuerzas armadas recurre al bloqueo y presiona por la solidaridad continental para hacerles la vida imposible a los tres mil habitantes de las islas.


Galtieri apeló al espíritu patriótico de los argentinos para oxigenar el desgastado y fracasado gobierno militar, en el que todos estaban peleados con todos. Cristina tiene necesidad de desviar la atención de la ciudadanía de gravísimos problemas económicos, ambientales, de pobreza y de exclusión que hereda de su propio gobierno, tan ineficaz en esas cuestiones como lo fue el proceso.


Y al igual que Galtieri, pareciera (no lo afirmo) que está logrando despertar el sentimiento irracionalmente nacionalista de una gran mayoría de argentinos, incluyendo a los políticos e intelectuales. 


En 1982 la Plaza de Mayo rebalsó  de argentinos espontáneos que aclamaron a las Fuerzas Armadas y al mismísimo Galtieri. El dictador hasta se dio el lujo de salir al balcón de la Casa Rosada para recibir la jamás esperada caricia del calor popular. Y también me acuerdo de que todos los políticos prominentes de esa época, con la honrosa excepción del doctor Arturo Frondizi y del ingeniero Álvaro Alsogaray, quienes se opusieron a la guerra desde el mismo momento del desembarco, fueron orgullosos y eufóricos a Puerto Argentino a cantar el Himno y a izar el pabellón nacional. Todo era éxtasis nacionalista, gesta patriótica, lágrimas de emoción.


Pero perdimos la guerra. Por errores y horrores de los mandos, pero también por la lógica del sentido común:¡estábamos peleando contra la OTAN!, por el capricho de un dictador a quien paradojalmente apoyaban la URSS y Cuba (los regímenes totalitarios que habían financiado y entrenado a la misma guerrilla que nuestros militares se encargaron de aniquilar sin el menor apego a la ley y el derecho).


Y, precisamente, lo que me inquieta treinta años más tarde, es la opinión de los políticos, periodistas e intelectuales de hoy, que no han cambiado mucho, siguen pensando como se pensaba en 1982. La idea predominante en todos ellos es que no debemos dialogar ni negociar nada con los isleños sino con Londres, la metrópolis colonial. Y por pensar así no vacilamos en dejar a tres mil personas desabastecidas, y si fuera posible, sin comida ni agua. Por el momento lo único que logramos con esta “lógica emocional” es enfurecer cada vez más a los malvinenses contra nosotros.


Pero es posible pensar de otra manera sin renunciar por ello a nuestros legítimos derechos. En primer lugar, reconocer que los isleños tienen ahora relativa independencia y manejan sus intereses económicos con autoridades propias democráticamente elegidas. En segundo lugar, que son seres humanos, no tienen la culpa del laberíntico proceso histórico que sufrieron nuestras islas a lo largo de siglos. Ellos se sienten ingleses y quieren ser ingleses, nacieron allí, son pacíficos, conforman una pequeña comunidad con los mismos derechos humanos que nosotros. Es verdad, ocupan un territorio que es nuestro. ¿Pero acaso no son más importantes las personas que los territorios? Piensen, estimados amigos, en este concepto que acabo de expresar, y no me extrañaría que alguno lo rechace. Repito entonces la pregunta: ¿Acaso no son más importantes las personas que los territorios? Pues sí, lo son, definitivamente lo son: personas de cualquier nacionalidad, etnia, religión o cultura.  Todas las personas son iguales ante Dios y ante la ley, todas son merecedoras del mismo respeto, trato humano y derechos de vivir libremente como lo deseen mientras no molesten o atenten contra la libertad de los demás. Y los tres mil malvinenses entran en esa categoría, guste o no guste.


Ellos son personas como nosotros, viven por azar en una tierra con la que mantienen un lazo de pertenencia muy profundo, tierra que ellos no tomaron por la fuerza porque nacieron allí y cuyos antepasados hace mucho tiempo que estuvieron allí. No estoy insinuando que debamos renunciar a las Malvinas. Siempre reivindicaremos esas islas porque son legítimamente argentinas. Pero entre tanto, hacer que los isleños nos odien más de lo que nos odian por todo lo que les hemos hecho y les seguimos haciendo, no tiene nada de patriótico ni de racional, es sencillamente una gran estupidez.

Son más los aspectos que nos unen a los isleños que los que nos separan. Debiéramos, no aislarlos ni intentar que LAN de Chile deje de volar a las islas sino, al contrario, competir con LAN haciendo que Aerolíneas Argentinas haga vuelos regulares a las Malvinas; debiéramos sentarnos a hablar con ellos para acordar la forma más equitativa y sustentable de explotar la pesca en un mar que compartimos y que está siendo depredado; debiéramos hacer un convenio de cooperación para la explotación del petróleo con claras normas compartidas de protección ambiental y preservación del recurso ictícola. Los isleños necesitan tener contacto con nuestro territorio por razones comerciales, educacionales, sanitarias, culturales y económicas. Eso no implica reconocerlos como un estado independiente, porque la cuestión de la soberanía se defenderá siempre con el derecho internacional. Pero lo cortés no quita lo valiente: no necesitamos pelear eternamente con ellos para defender inclaudicablemente nuestros derechos territoriales, no necesitamos hacerles la vida imposible, fogonear su reclusión continental, trasnformarlos en un gueto del mundo y menos alimentar su odio y su rechazo hacia todo lo argentino. Naturalmente no hablaremos con ellos de soberanía, pero tenemos muchas otras cosas para hablar y entendernos.
En  resumen, por dos razones irrebatibles no podemos treinta años después seguir con la guerra sicológica contra los habitantes de las Malvinas : 1º) Los malvinenses son personas, y las personas siempre, siempre, siempre, están antes que los territorios; y 2º) Los argentinos tenemos mucho que ganar restableciendo cordiales relaciones con ellos, intercambios culturales, turísticos y económicos, y nada que perder, porque nuestros justos reclamos de soberanía son irrenunciables y los defenderemos con la ley y el derecho, pero jamás con el menosprecio, el ninguneo, la agresión y la violencia.






Miguel Ángel Mesa Bouzas
---REDES CRISTI

En torno al movimiento del 15-M hay muchos cristianos indignados que se han movilizado y unido a él, para pedir que nuestra democracia sea más participativa, que se acaben los privilegios de la clase política, que sea lo que está llamada a ser: un servicio a la ciudadanía, y no un círculo cerrado de prebendas, corrupción y componendas.

Pero, sobre todo, para que en esta crisis impuesta desde las grandes esferas de poder

económico a nivel nacional e internacional, se cuide en primer lugar a los más débiles de la sociedad para paliar los efectos de la misma, que no se desmantelen los servicios públicos, siguiendo lo que parece ser un esquema planificado por esos mismos ámbitos de poder financiero.


Para ello se debe implementar otra política económica, no la realizada desde una visión neoliberal, pues ya estamos viendo hacia donde nos conduce, sino otra alternativa (que existe, pero que no aparece en los medios de comunicación) que privilegie a los ancianos, a los jóvenes, a los parados, al medio ambiente, a los servicios públicos, que son los que ofrecen bienestar y trabajo a los ciudadanos. Que imponga una fiscalidad que grave más a las rentas más altas, y menos a las de los trabajadores (al contrario de lo que se hace ahora), combatiendo eficazmente el fraude fiscal para salir lo antes posible de la crisis, poniendo las bases de una nueva sociedad, menos consumista, más

justa y equitativa.


Decía que hay muchos cristianos que, por su fe en Jesús de Nazaret, se mezclan como la sal y la levadura entre el movimiento de los indignados. Son unos más, sin llevar ningún cartel que los distinga, ni negando la motivación fundamental si se les pidiera.

Lo mismo que hizo Jesús, uno de los grandes indignados de su época (quizá la indignación actual sería equivalente a la profecía de aquellos tiempos). Voy a intentar trazar unas líneas básicas sobre la indignación profética que mantuvo Jesús en su vida, ante las autoridades políticas y religiosas de su época, realizando una transposición a nuestros días, en concreto, al movimiento 15-M y a todo lo que significa e implica.


Jesús nació pobre entre los empobrecidos, en una aldea perdida de Galilea, sometida por el poder militar y económico del imperio romano, a través de las autoridades judías.

Los campesinos de Galilea sufrían los enormes impuestos, teniendo que vender sus tierras, sirviendo a los latifundistas, o sumándose a quienes se sublevaban contra el dominio opresor.

Sus padres, María y José, eran profundos creyentes y, por lo tanto, solidarios con su pueblo, sometido y desesperanzado. María confiaba en el amor y la liberación de su Dios y, en su indignación, esperaba el día en que se derribara del poder a los poderosos, se enalteciera a los pobres, y se repartieran los bienes para que pudieran vivir con más dignidad los desposeídos, y que a los más ricos se les despojara de las riquezas que habían adquirido mediante robos e injusticias.
A Jesús no le fueron a visitar en su nacimiento los poderosos, ni las autoridades jerárquicas del judaísmo oficial, sino los pastores pobres, marginados y personas de otras culturas y religiones, paganos y descreídos para las autoridades hebreas.
Después de conocer en su propia carne, durante buena parte de su vida, la pobreza, la injusticia y una religión sofocante y excluyente, decidió sumarse al grupo de Juan Bautista que proclamaba: “Quien tenga varios sueldos, que se desprenda de ellos y se quede con lo que le permita vivir con dignidad. No exijáis a los demás nada más que lo que marca la Ley, y que ésta favorezca a los más débiles en primer lugar. No juzguéis injustamente a los más pobres, no hagáis denuncias falsas en los juzgados, ni entréis en las redes de corrupción, contentaos con una paga modesta”.
Por estas manifestaciones el tetrarca Herodes decidió acabar con las denuncias que proclamaba Juan, y que le hacían tanto daño: primero le metió en la cárcel y luego le quitó la vida.
Este hecho provocó en Jesús una fuerte sacudida interior. No podía traicionar la voz interior que le decía: “Tú eres mi hijo amado”, por lo tanto decidió seguir en solitario, pues sus otros hermanos amados estaban como sordos, ciegos y mudos ante tanto dolor impuesto. No podía ser infiel a la llamada. La indignación le pudo más que la prudencia.

He decidido realizar esta actualización pidiendo permiso a Lucas, y me ha dicho que como el evangelio no tiene copyright, podría hacer lo que creyera más conveniente, con tal de difundir la buena noticia de Jesús. He elegido el evangelio de Lucas porque me parece que refleja con más claridad las actitudes que tuvo Jesús ante las injusticias de su tiempo, manifestándose así como profeta indignado ante la exclusión y la marginación en su mundo, con la mente y el corazón siempre puestos y dispuestos en el Reinado de Dios, que podríamos traducir en la actualidad como ese otro mundo posible y necesario, tan anhelado por los más empobrecidos, por las víctimas del sistema, por Dios

mismo.

El trasfondo de las citas que he elegido les sonarán más a los cristianos que hayan leído el Evangelio. Pero en este trabajo han estado presentes, de una forma especial, los jóvenes no creyentes que han demostrado su amor por los demás en las plazas y las calles de toda España. Pues yo creo, sinceramente, en esas frases neotestamentarias que afirman que donde hay libertad y amor, allí está el Espíritu de Dios.
EVANGELIO DE LUCAS (Mayo-Junio del año 2011)

«Últimas noticias de Palestina News: “Las nuevas generaciones, indignadas y superando su apatía, han realizado grandes acampadas, gestos ante la sociedad y manifestaciones.

Se han mostrado creativos y no violentos, pidiendo que dejen su poder quienes se enriquecen y corrompen a costa del pueblo, y que se origine una nueva política democrática y económica que privilegie a los más débiles, a los excluidos, a los inmigrantes, para que puedan vivir con dignidad y que a los más ricos se les aumenten los impuestos para que haya un mejor reparto y más justicia social» (Lc 1,50-53).

«Las madres y los padres les decían a los jóvenes: “Tened cuidado, estamos preocupados por si os dispersa la policía, ya son muchos días los que lleváis en la plaza, y están a la vuelta de la esquina los exámenes finales”. Y ellos y ellas les contestaban: “Gracias por vuestros consejos, pero ahora me debo a esta causa tan justa, vosotros estuvisteis hace años en la acampada del 0,7, ahora nos toca a nosotros luchar por nuestro futuro y el de toda la humanidad”. Y sus padres les entendieron, pero les costaba admitirlo» (Lc 2,48-50).
«Y Dios envió su Espíritu sobre todos ellos en sus acampadas, en sus asambleas, en sus gestos proféticos. Y escribió en una gran pancarta de Sol este texto: “Vosotros sois mis hijas e hijos queridos, mis predilectos. Atended sus justas demandas”» (Lc 3,22).
«Y les dijeron a la clase política y a la las autoridades que les pedían cordura: “No solo de promesas vive el pueblo. La gente no solo se alimenta de pan, sino de belleza y de una segura esperanza en su futuro, para ellos, sus hijos y las siguientes generaciones. No aceptaremos más vuestras mentiras, ni vuestros sueldos escandalosos, ni la merma de nuestros derechos. No nos tentéis más con palabras vacías, solo confiamos en nuestra decidida voluntad de cambio y participación por un mundo mejor y posible”. Y se alejaron de nuevo a los despachos de sus partidos y a sus juntas de gobierno» (Lc 4,1-13).

«Desenrollaron sus pancartas y las colocaron bien a la vista. En ellas se podía leer: “La verdad está con nosotros, y lo sabéis”.

“Nos hemos reunido porque nos queréis privar del futuro”.

“No permitiremos que nos despojéis de nuestros derechos sociales y laborales, o a la falta de vivienda”.

“Liberad a quienes luchan por estas reivindicaciones justas”.

“Hemos visto la opresión de nuestro pueblo y hemos salido a las plazas para denunciarlo”.

“No pagaremos la deuda que han contraído los grandes bancos y los organismos financieros”

» (Lc 4,18-19).


«Se reunieron en asamblea y decidieron extender sus acampadas por todo el ámbito nacional. Y no solo fue así, sino que se propagó más allá de nuestras fronteras el grito de los indignados del mundo» (Lc 4,43).

«Jesús les dijo: “Levantaos, salid de vuestras casas, reclamad vuestros derechos y tomad las plazas y las calles”.

Los dirigentes de los partidos, los jueces y las jerarquías religiosas les dijeron estupefactos: “¿Por qué invadís nuestras plazas? ¿No veis que ahuyentáis al turismo y disminuís las ganancias de los negocios de la gente decente? Además, la mayoría de los que están son ácratas y perroflautas que han encontrado un lugar para pasárselo en grande. Terminaréis mal con esas malas compañías. Van contra el poder constituido legalmente, no tenéis ningún futuro”.

Pero Jesús les contestó: “Efectivamente, aquí no están los instalados, los poderosos, quienes prefieren mantener el statu quo para no perder sus privilegios. Aquí está la gente que no tiene nada, a quienes les han arrebatado el futuro, y un pueblo sin esperanza está como muerto. Han empezado a soñar despiertos y nadie les arrebatará su ilusión y su empeño. Ha empezado a brotar la primavera, ¿no la sentís? Ellos y ellas tienen fe en sí mismos y por eso creen y trabajan por otros ideales, por una sociedad nueva. Por eso estoy tan feliz de que por fin hayan despertado de tan prolongado letargo”.

Y mucha de la gente que tenía la mente abierta y el corazón esponjado para detectar los signos de los tiempos, pensaba para sí y se lo comunicaba a sus allegados, vecinos y compañeros de trabajo: “Hoy, por fin, hemos visto cosas maravillosas”» (Lc 5,24-32).

«Los dirigentes de los partidos y los guardianes del orden lo intentaron por otros derroteros:

“¿No tienen suficiente con la democracia que tenemos? Hay cauces de participación.

Nuestro sistema político funciona, fuera de él solo existe la anarquía y el vacío. O democracia o dictadura. Razonad y volved a los cauces establecidos”.

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Pero Jesús les respondió de nuevo: “Un traje que ya está viejo y desgarrado no se puede remendar, pues si se intentara se destrozaría aún más. No es aconsejable echar nuevos remiendos, se necesita otra nueva sociedad. Para conseguir un mundo mejor se necesitan nuevos cauces, creativos, audaces”» (Lc 5,33-39).
«Jesús seguía acampado en Sol entre una multitud de jóvenes y personas de todas las edades. Los jóvenes se organizaban, hacían asambleas y se definían como un movimiento pacífico para cambiar la sociedad. Ponían pancartas en todos los rincones de la plaza, en las que reflejaban sus sueños, sus ideales, su indignación y sus propuestas.
Entonces se le acercaron de nuevo los representantes del poder constituido y le dijeron: “Parece mentira que te unas a estos ‘indignados’ y tú no te indignes al ver cómo están dejando esta plaza, que parece un basurero, somos el hazmerreír del mundo, diles que detengan esta insurrección y desalojen la plaza. Si no lo hacen, ordenaremos que la policía les desaloje. Será vuestra la responsabilidad de lo que ocurra si no obedecéis”.
Y, de nuevo, Jesús les respondió: “Hace solo unos días os preguntabais que por qué no se levantaban los jóvenes, los parados, los inmigrantes. Ahora que lo han hecho y, como veis, de una forma ejemplar y pacífica, les recrimináis su actuación. Ellos y ellas son el pueblo, y el pueblo es libre de manifestar su indignación, y no hay forma mejor que como lo han hecho. Sabed que el espíritu de Dios está muy presente en esta plaza y en los jóvenes que les imitan en otros lugares. Nadie podrá detener esta avalancha de ciudadanía consciente”.

Y ellos discutían y planificaban la mejor forma para desacreditarlos, desinformando, manipulando, mintiendo, buscando fórmulas legales para dispersarlos» (Lc 6,1-11).

«Los medios de comunicación insistían en hablar con los dirigentes, con las cabezas visibles, con los organizadores, pero siempre quedaban desconcertados, pues los jóvenes les respondían: “Entre nosotros no hay líderes, ni dirigentes, todo se decide asambleariamente, lo único que podemos ofreceros son portavoces para que os comuniquen lo que vaya decidiendo la mayoría”» (Lc 6,12-16).

«En la manifestación del 15 de Mayo ya se sentía que vibraba algo especial, que no era igual a ninguna de las anteriores. Pero la acampada de Sol fue como el disparo de salida, y enseguida surtió el contagio, en Barcelona, Sevilla, Oviedo, Zaragoza… y en otras muchas ciudades del mundo. La indignación mundial salió de las catacumbas para llenar las plazas y mostrar su firme desacuerdo con la forma tan inhumana y antiecológica que mostraban los dirigentes de las naciones de gobernar y de afrontar la crisis creada por los grandes bancos y las entidades financieras» (Lc 6,17-19).

«Una tarde, en una asamblea que se hizo sobre espiritualidad, antes de que acabara, Jesús pidió la palabra, se la dieron y en medio de un gran silencio, con el corazón inundado de gozo, exclamó:

“Felices quienes no se sienten identificados con el mundo en el que viven y se esfuerzan por transformarlo.

Felices quienes en su corazón y en su cotidianidad no secundan las razones egoístas del capitalismo, pues sus prácticas llevan a la miseria, la exclusión y la muerte a las mayorías empobrecidas.


Felices quienes se alejan de los poderosos del mundo y se sienten cercanos a los más débiles y marginados, a todos los que se unen a sus causas justas.

Felices quienes reflexionan y discuten las causas de la injusticia imperante en el mundo actual, y se esfuerzan por crear alternativas.

Felices quienes mantienen un corazón joven y abandonan el envejecido discurso del neoliberalismo.


Felices quienes luchan pacíficamente, pero con determinación, por crear un mundo mejor y posible.

Felices quienes no aceptan fronteras y se mueven de un país a otro, enriqueciéndose con

las distintas costumbres y culturas de los pueblos.

Felices quienes no desean solo los cambios políticos y económicos, sino que trabajan por otras formas de relación, de humanidad, de fraternidad, desde un profundo espíritu de amistad y concordia”» (Lc 6,20-23).

«Y les siguió diciendo: “No odiéis a quienes os denigran y persiguen. El odio enturbia y carcome el corazón. Respetad a quienes muestran su desacuerdo con vosotros, pero manteneos firmes en vuestros compromisos por un mundo nuevo. Si desinforman sobre lo que pasa aquí, sed creativos para rebatir la mentira y dejadlos con el culo al aire. Tratad a los demás como queréis que os traten a vosotros. Si hacéis lo mismo que hacen ellos y respondéis de la misma forma, ¿no os convertís vosotros en lo mismo que denunciáis?

Sigamos como hasta ahora, actuando audaz, creativa y pacíficamente. A quienes entre vosotros sois creyentes como yo, os digo: Seamos misericordiosos, como nuestro buen Dios es misericordioso y compasivo con los más débiles y excluidos de nuestra sociedad y nuestro mundo”» (Lc 6-27-36).

«¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? Abramos los ojos y ayudemos a que otros los abran. Es la única forma de salir adelante todos juntos, para ir creando unidos, en red, otro mundo mejor y, como estamos viendo, posible.

Ha llegado el momento de destapar las injusticias, que salgan a la luz todos los embustes, los manejos de las altas dirigencias políticas y económicas, la opresión que se comete contra las naciones más empobrecidas. Wikileaks ha sido quizá el comienzo de este destape a nivel mundial. Sigamos nosotros, en la medida que podamos, con la gente cercana y a la que podamos llegar con nuestra información alternativa. E intentemos no caer nosotros en las mismas redes con las que intentarán atraparnos» (Lc 6,39-42).
«Según lo que sembremos, eso cosecharemos. Si plantamos en los huertos ecológicos que estamos creando buenas semillas, nos darán buenos frutos. Si nuestro corazón comparte paz, verdad y justicia, eso mismo conseguiremos.
Si queremos que todo lo que estamos creando continúe y dé fruto, debemos pensarlo bien, dialogar entre todos para conseguir el máximo consenso, actuar en consecuencia y tratar de conquistar la simpatía de la gente y del mundo, para que cada vez seamos más y así nos tengan que escuchar a la fuerza. Por lo tanto, reforcemos nuestros cimientos, no construyamos sobre arena, sino sobre roca firme. Sabemos que la verdad brilla cada noche en todas las plazas, no permitamos que se nos escape como agua entre los dedos» (Lc 6-43-49).
«Llegaba cada vez más gente de todas las clases sociales, jóvenes sobre todo, pero también personas maduras y mayores. Y les decían con emoción y, a veces, con lágrimas en los ojos: “Hace mucho, mucho tiempo que estamos esperando algo como lo que habéis puesto en marcha. ¡Ánimo muchachos y muchachas! No os desaniméis y seguid adelante, os apoyamos e intentaremos en lo posible participar en las acciones que propongáis”.
Y ellos y ellas les contestaban: “Vosotros mismos podéis comprobar lo que está pasando aquí y en otras muchas ciudades: muchas personas recobran la ilusión, empiezan a ver que otro mundo es posible si nos comprometemos, estamos realizando acciones que tienen repercusión local, nacional e incluso internacional, resucita la esperanza en muchos corazones decaídos. Los inmigrantes, los parados, los desmoralizados empiezan a ver una nueva luz, pues les estamos proponiendo una buena noticia que se puede llevar a cabo. Los sueños se están cumpliendo en cada paso que damos”» (Lc 7,18-23).
«Jesús pidió la palabra de nuevo y dijo, cuando alguien comentó que en esa plaza solo había jóvenes sucios, sin ganas de trabajar, hippies trasnochados: “¿Qué habéis venido a ver a esta plaza, las apariencias marcadas por vuestros prejuicios? Yo os digo que aquí hay jóvenes y personas mayores de todas las extracciones sociales, de todas las tribus urbanas, de distintas formas de pensar, de varias ideologías, de distintos gustos y estéticas.

Lo que sí puedo decir en voz alta es que son los nuevos profetas de un mundo nuevo.

Lo mejor que ha brotado en esta sociedad desde hace muchos años.

Son jóvenes que han acampado en esta plaza, que dialogan, que se encuentran en profundidad

en un clima de amistad y fraternidad, denuncian y proponen alternativas, y también cantan y bailan.

La nuestra es una generación muy triste que les quiere impedir que tengan esperanza en su futuro.

Por eso es tan hermoso que demuestren su indignación, sin que eso les prive de demostrarlo con la música y la danza de sus jóvenes vidas. Están demostrando más cordura y sabiduría que miles de personas que se consideran gente de bien y de orden» (Lc 7,24-35).
«Había una gran mayoría de mujeres entre la gente reunida en las plazas de las distintas ciudades. Y crearon grupos que discutían en asambleas los problemas de la mujer en la sociedad actual y en el mundo. Porque una nueva sociedad no se puede dar a luz al margen o de espaldas a las mujeres. Y Jesús se unía a sus debates, hablaba y reía con ellas, comía, cantaba y bailaba con ellas. Se sentía profundamente feliz a su lado. Junto a ellas iba descubriendo una nueva forma de entender la vida, una parte esencial que se había ocultado durante toda la historia sobre su buen Dios. Y, desde entonces, decidió llamarle más que Padre, sobre todo Madre» (Lc 8,1-3).

«Jesús se salía de gozo, porque se estaban revelando las claves de ese otro mundo posible en medio de las asambleas y de las propuestas de la gente.

Y a quienes les pedían las conclusiones para sacarlas en los informativos, se las tenían que explicar cuidadosamente, muchas veces por medio de imágenes, para que las comprendieran, pues eran incapaces de entender las decisiones que tomaban. Jesús les comentó:

“Habrá gente que escuche nuestras proposiciones y las consideren utópicas, fuera de la realidad, imposibles de conseguir. Otros las escucharán con alegría, pero las preocupaciones, el trabajo, las ocupaciones diarias hará que no las secunden. Por fin, habrá personas que, como en tierra buena, fructificarán y darán una buena y abundante cosecha”» (Lc 8,11-15).

«“Aquí no hay secretos como en las reuniones del gobierno, no hay nada oculto, todo sale a la luz. Lo único que mantenemos por un tiempo de forma confidencial, son algunas de las acciones que emprendemos, para que sean más impactantes y eficaces. Todo se debe comunicar por los altavoces, para que todo el mundo nos escuche y el que quiera entender, que entienda”.

Llegaron una tarde a verle su familia y le dijeron: “Jesús, ¿no crees que ya es hora de que vuelvas a casa, que comas con nosotros y duermas un poco mejor algún día en tu cama? No te vemos casi nada desde hace semanas”.

Y Jesús les respondió: “Gracias, en cuanto pueda iré, no os preocupéis. Yo os quiero un montón, pero es que he encontrado en esta plaza una nueva familia, que estoy empezando a conocer y con la que estamos poniendo en práctica el mundo nuevo del que tanto hemos hablado, el que tanto anhelamos”» (Lc 8,16-21).


«Una tarde, hablando del decrecimiento, Jesús solicitó la palabra y dijo: “Yo creo que si seguimos así en este mundo del despilfarro, del consumo egoísta, de la búsqueda del máximo beneficio inmediato al menor precio, debemos cambiar la forma de vida, teniendo en cuenta que los recursos de nuestra tierra son limitados. Tenemos que consumir y trabajar lo justo para disfrutar una vida de calidad en lugar de tener calidad de vida, tenemos que bien vivir, en lugar de vivir bien, tenemos que pensar en los millones de personas de nuestro mundo que viven con menos de un dólar al día, tenemos que

pensar en nuestro planeta como madre, dejando de explotarlo sin misericordia. En definitiva, tenemos que decrecer para que otros crezcan, autolimitarnos, vivir más sencillamente para que otros puedan sencillamente vivir.


Debemos convencer a los demás para crear una civilización de la austeridad compartida, poseyendo menos cosas, para poder vivir felices viendo cómo los demás empiezan a vivir con dignidad. Será una labor ardua, difícil, políticamente incorrecta, pero es la única forma de que la especie humana

perdure en la madre Tierra, e interrumpir así la catástrofe que cada día se avecina con más rapidez» (Lc 9,3-6).

«Solo si compartimos lo que poseemos habrá futuro. Ya lo estamos viendo aquí. El primer día no teníamos nada, pero nuestro ejemplo ha conseguido que centenares de personas nos traigan bocadillos y fruta, que los bares de alrededor nos acerquen comida.

El milagro se puede dar, si cada persona aporta de lo que tiene para que otros puedan comer y empezar a vivir como seres humanos. Debemos sacar de nuestro interior lo mejor que tenemos como seres humanos. Entonces incluso sobrará y habrá para todos» (Lc 9,9-17).

«Algunos decían que sin un líder, sin un programa, sin que el movimiento se transformara en partido político, para tener verdadera influencia, no se podría conseguir nada.

Jesús pidió de nuevo la palabra y dijo: “Todas las personas que estamos aquí somos líderes. Cada joven que acampa en esta plaza es tan importante como el que tiene a su lado. Los niños y niñas pequeñas que están en la guardería que hemos creado, está recibiendo una enseñanza que jamás podrá olvidar y que puede dar fruto cuando sean adultos.


El más importante es el que más se da, sin pedir nada a cambio, quien opta por no figurar. Está en un ordenador pasando información, preparando café, recogiendo desperdicios, aportando en la asamblea, participando en diversas acciones… El más importante es el más humilde” (Lc 9-46-48).

«Una chica se levantó y comentó: “Hay muchas personas que dan opiniones sobre nosotros y se creen portavoces del movimiento. Yo creo que habría que impedírselo para que haya una sola voz, la que decidamos nosotros y nosotras, ante los medios”.

Jesús le respondió: “Si hablan bien de nosotros, si nos echan un cable, si difunden con objetividad lo que está pasando aquí, no creo que debamos impedírselo. Quien no está contra nosotros se muestra a favor nuestro”» (Lc 9,49-50).

«Alguien más pidió la palabra: “Está muy bien todo lo que decís, pero yo creo que al igual que vivimos en una sociedad violenta, que nos responden con violencia (ya habéis visto los vídeos de la represión en la plaza de Cataluña), nosotros debemos emplear la violencia para tener más contundencia y así poder conseguir nuestros objetivos”. Jesús le dijo: “Si algo nos caracteriza y ha producido un impacto positivo en la sociedad, en el gobierno y en la policía, ha sido nuestra actuación pacífica, nuestra apuesta por lograr lo que deseamos con métodos no-violentos. La violencia engendra violencia.

Sigamos así, somos un ejemplo para todo el mundo”» (Lc 9,51-55).

«“Nos parece que somos muchos cuando vemos la plaza llena y cómo va cundiendo el ejemplo en otras ciudades del mundo. Pero somos un pequeño grano de arena entre la población mundial. Sigamos así, sin grandes medios, practicando la no-violencia en un mundo muy violento, ofrezcamos lo que sabemos y tenemos, pues ese otro mundo posible que anhelamos está ya en medio de nosotros”» (Lc 10,2-9).
«Un portavoz de la comisión de información dijo con inmensa alegría: “Nuestro ejemplo está extendiéndose en multitud de lugares, estamos en las portadas de los periódicos y de los telediarios, hay decenas de medios de comunicación y programas dedicados por entero a nuestro movimiento, es sensacional, yo no me esperaba ni por asomo una repercusión así”.

Jesús dijo: “Yo también estoy asombrado, es algo increíble. Es el resultado del esfuerzo de cada uno de nosotros y nosotras. Hemos entrado a formar parte de la historia. Nuestro mayo tendrá tanta o más repercusión que el mayo francés del 68”» (Lc 10,17-20).

«“Yo quiero daros públicamente las gracias a cada uno de vosotros y vosotras, estoy muy feliz por haber podido vivir este momento, como también dijo hace unos días nuestro joven amigo José Luis Sampedro. Este momento de profundo gozo no me lo han proporcionado los sabios del mundo, los poderosos, los entendidos de política nacional e internacional o los brokers de la Bolsa, sino la gente sencilla, los de corazón abierto al cambio de mentalidad y de vida. Muchos de los que han luchado por la libertad y la justicia han deseado ver lo que vosotros estáis viendo y viviendo hoy y no lo han logrado.


Tengamos un recuerdo agradecido hacia ellos y ellas. Os doy las gracias, y perdonad estas lágrimas, pues estoy profundamente emocionado”» (Lc 10,21-24).

«Una persona de más edad que el resto alzó la mano, le concedieron el turno de palabra y les manifestó: “Mi vida ha sido en los últimos un permanente estrés, el trabajo, la familia, los compromisos solidarios… No tenía ni tiempo para comunicarme con mi mujer.


Entre vosotros y vosotras he encontrado sentido a “perder el tiempo” en estas asambleas, a no impacientarme, a pasar horas hasta alcanzar el consenso entre todos. Me habéis enseñado a encontrar lo verdaderamente importante y necesario. Y no voy a consentir

que nadie ni nada me arrebate este hermoso descubrimiento”» (Lc 10,38-42). «En el taller de espiritualidad, viendo cómo se expresaba Jesús y vivía entre ellos, le comentó una chica joven: “Sabes que muchos de nosotros no somos creyentes, en parte desde una profunda reflexión personal, y por otro lado por el mal ejemplo y las posiciones políticas y morales que toman las jerarquías religiosas de nuestro país y de todo el mundo. Pero nosotros y nosotras intentamos vivir con espiritualidad, que es inherente a cualquier ser humano, que empapa toda nuestra vida. Tú, ¿oras a tu Dios? ¿Nos puedes decir cómo rezas?


Y Jesús les respondió: “Estoy de acuerdo plenamente con todas y cada una de tus palabras.

La espiritualidad es algo propio de cada persona, desde el principio de la humanidad.

Esa espiritualidad, esa mística, es necesario aflorarla, para que empape todas nuestras actitudes vitales. Pero, en esta sociedad materialista, consumista y egoísta que nos impone el neoliberalismo, debemos alimentarla o se mantendrá oculta y no florecerá ni dará sus frutos.


Yo la alimento contemplando y dejándome impactar por todo lo que sucede a mi alrededor, por el sufrimiento, la alegría y las esperanzas de quienes me rodean, en especial por las víctimas del sistema. En ellas se manifiesta el dolor y el compromiso de Dios por su liberación, que está en buena parte en nuestras manos. Pero también busco momentos para hablar y comunicarme con su Misterio que está muy dentro de mí, y a la vez me trasciende. Sencillamente, como un amigo lo haría con su amiga”.

La joven le pidió intrigada: “Si no te importa y no te da vergüenza, ¿cómo hablarías en este momento con Él o Ella, pues Dios, si existe, no tiene género?”.

Jesús se recogió un momento en silencio y, mirándola a los ojos, dijo desde su más profunda intimidad:

Padre y Madre nuestra, de los congregados en esta plaza y de toda la humanidad, tú eres el buen Dios al que se te puede invocar con todos los nombres, desde todas las culturas, ideas y religiones.


Te pedimos hoy y aquí, que nos des fuerzas para seguir construyendo ese otro mundo posible que deseas para todos los seres humanos y para la madre Tierra.

Que sepamos vivir con sencillez, para que otros puedan sencillamente vivir, que compartamos lo que somos y tenemos, para que los empobrecidos se sientan personas y puedan vivir con dignidad.


Perdona nuestro egoísmo y nuestra falta de compromiso, y que aprendamos a perdonar, pues el perdón nos humaniza y libera profundamente.

No permitas que caigamos en la seducción del desaliento, de la apatía, y que nos esforcemos por devolver la esperanza a los desilusionados de este mundo, de esta vida que, tantas veces, se nos hace tan cuesta arriba”.


Calló entonces Jesús y la chica que le había preguntado le dirigió una mirada llena de cariño y de profundo agradecimiento» (Lc 11,1-4).

«Se acercó una anciana adonde estaban reunidos y sin esperar a que le dieran la palabra, dijo llena de emoción: “Muchas gracias, queridos jóvenes, me habéis dado la alegría de mi vida. Después de lo que habéis conseguido sé que puedo morir en paz. La vida ha adquirido a mis años un nuevo sentido”.

Jesús se levantó, la abrazó y le dijo: “Personas como tú nos dan ánimo y esperanza.


Nos ayudáis a continuar para poner en práctica lo que estamos compartiendo y dialogando

entre todos y todas. Esta es la verdadera comunidad fraterna y humana. Hoy, para mí,

adquirimos la auténtica imagen de los hijos e hijas queridos por Dios”» (Lc 11,27-28).

«“No nos preocupemos por lo que vayamos a comer hoy, pues el almacén de los alimentos está lleno, gracias a la solidaridad de la gente. No nos impacientemos por conseguir nuestros propósitos en breve, nuestros pasos deben ser firmes, pero con una visión a mediano o a largo plazo, conquistando la simpatía de quienes tengamos a nuestro alrededor. No nos desasoseguemos si hay muchas personas que no nos entienden en un primer momento, expliquemos con paciencia nuestros deseos y si no nos aceptan, acerquémonos a otros foros para seguir proponiendo. La meta es ese otro mundo posible que anhelamos, el resto ya vendrá, si nuestro esfuerzo es permanente y mantenemos la ilusión.


Todo lo demás irá llegando por añadidura. Nuestra verdadera riqueza está aquí y ya nadie nos la podrá arrebatar”» (Lc 12-22-34).

«Estamos creando una nueva sociedad, ¿no lo notáis? Nuestro ardor interior y social está comenzando a prender como una mecha. Nos harán mil acusaciones, pero hagamos caso únicamente de las que nos ayuden a crecer como personas y como movimiento.

Nuestras actitudes crearán división, enfrentamiento, confusión, animadversión. Igual que les pasó a los grandes profetas, como Gandhi, Martin Luther King, Óscar Romero o Nelson Mandela. Ya estamos notando divisiones en el gobierno, en la oposición, e incluso entre nuestras propias familias. Es una señal de que nuestra visión de una nueva sociedad no deja indiferente a nadie» (Lc 12,49-53).

«Yo creo que nuestra labor hoy es ser como la levadura, que echando muy poco hace crecer la masa de una barra de pan. O como la sal, que se diluye en las comidas y les da sabor. Somos pocos, nuestra fuerza es limitada pero, unidos en red, nuestra debilidad se convertirá en fortaleza por la imaginación y la solidez de nuestro ejemplo. Hemos sido hasta ahora los últimos de la sociedad, no hemos contado para nada, pero ya nada será igual a partir de ahora. Los últimos somos ahora quienes salimos en la primera plana de los periódicos. Pero nuestro movimiento tiene que ceder su puesto a los últimos de verdad: a los parados, los inmigrantes, las mujeres violentadas, los jóvenes sin futuro.

Los últimos de verdad deben llegar a ser los primeros en atención y cuidado por parte de todos, en especial por el gobierno y los servicios públicos» (Lc 13,18-21.30).

«Los periodistas le comentaron: “Está habiendo mucha presión para que desalojéis la plaza, cualquier día puede venir la policía a dispersaros”.

Y Jesús respondió: “Aquí seguiremos hasta que el conjunto de los acampados decida marcharse, no antes. Podéis escribir en vuestros artículos, para que se enteren quienes gobiernan, que seguiremos de momento hoy y mañana, luego decidiremos entre todos lo que creamos que es mejor hacer. Hemos decidido ocupar las plazas y las calles para hacer presente la realidad de exclusión y marginación de múltiples colectivos, los últimos de la sociedad, los desechos. Algunos están aquí y el resto están en nuestros corazones, entre nuestras preocupaciones y propuestas para que dejen de serlo”» (Lc 13,31- 32; 14.21).

«Nuestra mayor alegría es contemplar cómo muchas personas que habían perdido la esperanza en un mundo mejor, han recobrado la ilusión, la fe, el ánimo.

Nosotros sabemos bien quiénes son los causantes de esta crisis: los bancos, los grandes organismos financieros internacionales y la clase política que cumple a rajatabla sus medidas injustas e inhumanas contra los más débiles. Sus opiniones contra nosotros no nos causan más que indiferencia. Hasta ahora nos hemos resignado, pero a partir de este momento nuestra indignación nos ha hecho revelarnos pacíficamente. Hemos entrado en una nueva era de conciencia, desde un nuevo paradigma para construir una nueva sociedad, en la que la democracia, que aceptamos, sea real, participativa, y que sus representantes tengan una clara vocación de servicio hacia los ciudadanos» (Lc 15,8-10; 16,14- 18).


«Nos decís que producimos escándalo, mal ejemplo, que desobedecemos las leyes y a los representantes legítimamente elegidos por el pueblo.

Yo os digo que quienes producen un verdadero escándalo son ellos, pues no son valientes para renunciar a sus cargos antes de aplicar las medidas draconianas contra los desheredados

de la sociedad. La constitución obliga a dar trabajo, casa, atención sanitaria, educación para favorecer una vida digna. ¿Quién causa pues el escándalo, quién desobedece las leyes, quién se apropia impunemente de los bienes que pertenecen al pueblo, quiénes disfrutan de unos sueldos de escándalo cuando hay millones de parados, mientras reducen y eliminan servicios sociales? Contestaros vosotros mismos. Nosotros solo hemos hecho lo que en conciencia debíamos hacer» (Lc 17,1-3.10).


«Llegó un joven por primera vez y al ver la alegría que demostraban los jóvenes en la plaza, preguntó: “¿Qué debo hacer para entrar en este movimiento, me encanta el ambiente?”. Jesús le respondió: hay gente que está en la cocina, otros recogen la basura, otros preparan acciones para denunciar las situaciones injustas, otros están en el servicio de información y comunicación. Buena parte de nosotros nos quedamos a dormir en la plaza”.

Y el buen chaval le miró desconsolado, porque tenía cerca los exámenes finales, en su familia no le entenderían y no le dejarían dormir en la plaza, le daba miedo emprender acciones que le pudieran causar problemas. Y se dio la vuelta lleno de tristeza, pues no se veía sin fuerzas para comprometerse hasta ese extremo.

Jesús dijo a quienes tenía a su lado: “Es un buen chico, pero tiene que superar aún sus incoherencias personales, los miedos ante las opiniones de su familia, aceptar la necesidad de un compromiso vital y satisfactorio. Démosle tiempo al tiempo, no todo el mundo está en condiciones de asumir su responsabilidad para trabajar por ese otro mundo posible por el que estamos aquí” (Lc 18,18-27).
«Llegaron unos mensajeros de un partido político, sin decirlo abiertamente, para sondearles, y les dijeron: “Nosotros simpatizamos con algunas de vuestras propuestas, pero en esta época de crisis no es posible seguir manteniendo el estado del bienestar tal como lo hemos vivido hasta ahora, es necesario racionalizar los servicios públicos. ¿Qué medios proponéis para mantenerlos y paliar el problema del paro?”.
Jesús respondió: “Hay que gravar a las rentas más altas, combatir con firmeza la corrupción, perseguir hasta eliminar el fraude fiscal, rebajar drásticamente los sueldos de los políticos y de los altos cargos de la administración, suspender los sueldos vitalicios y otras medidas similares. Invertir más en obras públicas, en lugar de reducirlas. Con solo estas medidas la realidad de nuestro país sería muy diferente, y con lo que se recaudara se podría invertir para mejorar los servicios sociales y crear empleo. Y si no os sentís capacitados para llevarlas a cabo, lo más digno sería dimitir de las tareas de gobierno, para no ser cómplices de vuestras medidas injustas contra el pueblo”» (Lc 19,1-9).
«En una de las asambleas, decidieron emprender acciones audaces que despertaran a la opinión pública, señalando a los principales causantes de la crisis. Para ello, secretamente, a través de twiter y facebook, se emplazaron en distintos lugares y a unas horas determinadas. Los sitios eran los templos de la democracia representativa y de las finanzas: el Parlamento, los Ayuntamientos, algunos bancos y la Bolsa. Allí, pacíficamente, demostraron con consignas su indignación, repartieron a la gente con la que se cruzaban algunos panfletos y se paraban a hablar para explicarles el porqué de sus acciones. Otros miembros del movimiento realizaban performances con los que atraían la atención y comunicaban de otra forma sus reivindicaciones» (Lc 19,45-46).

«Portavoces del Parlamento les preguntaron irritados: “¿Con qué autoridad hacéis esto?

Nosotros somos los representamos del pueblo, hemos sido elegidos por él en las elecciones.

¿Os creéis que podéis actuar impunemente? Estáis atentando contra la democracia representativa que aceptamos en el año 78 aprobando la Constitución”.

Jesús les respondió: “Nosotros no estamos ni contra la Constitución ni contra la democracia.

Al contrario, queremos que se profundice, que sea más participativa, que sea más justa y que se cumplan los deberes que impone a los representantes del pueblo: ofrecer trabajo, sanidad, educación, vivienda, una vida digna y satisfactoria para los ciudadanos.

Y que los representantes del pueblo sean verdaderos servidores del mismo, no que se sirvan del pueblo para gobernar en contra de él. Pensadlo bien, a partir de ahora os vamos a controlar más de cerca y os diremos a las claras lo que consideremos injusto y en contra de los derechos de la gente”» (Lc 20,1-8).

«Igualmente les increparon los dirigentes de los grandes bancos y de la Bolsa. Les decían que ellos eran depositarios de los ahorros de la gente, que los gestionaban con total transparencia y que la banca española era un ejemplo a nivel europeo por su solidez.

Jesús entonces les pidió que le enseñaran un euro. Ellos se quedaron sorprendidos, se lo pidieron al cajero, pues no llevaban ningún dinero suelto, y les dijo:

“¿De qué es esta inscripción?”. Y ellos respondieron: “Del Banco Central Europeo”. Y Jesús les respondió: “Pues dad al Banco Central lo que le corresponda, pero lo que tenéis es una deuda con el pueblo, le tenéis que devolver todo lo que le habéis robado. Os han dado ayudas para salir adelante, después de la crisis que habéis causado, y encima no ofrecéis ningún préstamo a los particulares, ni a las pequeñas y medianas empresas.


Dejáis en la calle a quienes se quedan en el paro y no pueden abonar su hipoteca. No aceptáis que os devuelvan el piso en pago por lo que les queda de pagar de la misma.

Con todos mis respetos, sois unos verdaderos usureros, sin ninguna conciencia. Y algún día el pueblo os pagará con la misma moneda”. Arrojó el euro al suelo y ellos se dieron la vuelta, rojos de ira. Llamaron a la policía para que los desalojaran, pero después de una hora larga, ésta aun no había aparecido (Lc 20,20-26).


«Jesús dijo en alto a quienes le acompañaban: “No hagáis caso de lo que os diga esta clase dirigente, sea política o económica. Se visten con las marcas más caras del mercado, les gusta aparecer en los programas de máxima audiencia y en la primera plana de los periódicos. Les encanta sentarse en los primeros puestos de las reuniones de accionistas y ser saludados con devoción por sus súbditos, pero son peores que las alimañas, buscando solo su propio interés, el máximo beneficio al menor coste, no les importa dejar en la calle a quien no pueda devolver sus préstamos, y se creen los salvadores de

este país. En algún momento serán juzgados y pagarán por todas sus culpas. Y os aseguro

que llegará un día en que de estos edificios que veis ahora no quedará piedra sobre piedra. Todo será destruido” (Lc 20,45-47; 21,6).

«Mirad todo lo que hemos conseguido en tan poco tiempo. Igual que en la primavera surgen los primeros brotes y en el verano maduran los frutos, así ha sido entre todos los que hemos puesto nuestro granito de arena. Hemos tenido la inmensa suerte de contemplar la cosecha de nuestro esfuerzo conjunto. Estamos contemplando ese otro mundo posible en nuestras plazas y calles, entre nosotros mismos» (Lc 21,29-32).
«Todo esto ha sido gracias a la buena cabeza que hemos tenido. Ni botellones, ni suciedad en la vía pública, con un buen rollo colectivo, bien organizados, con acciones atrevidas pero pacíficas. Sin embargo, debemos estar alertas y mantener este espíritu que hay ahora, que además es tan contagioso. No decaigamos, amigos y amigas, estamos aquí por un futuro mejor, tanto para nosotros, como para los más débiles de nuestra sociedad y las víctimas de este mundo injusto» (Lc 22,34-38).
«Por fin, viendo que la ocupación de las plazas había cumplido ya su función, después de una larga deliberación, decidieron en una votación, casi por unanimidad, dejar la plaza y seguir con otras actividades, otras movilizaciones, extendiendo el trabajo concreto a los barrios.
Decidieron tener una fiesta y una cena especial de despedida. Habían pasado muchos días, varias semanas. Estaban agotados, se notaba el cansancio, pero también el deseo de continuar y los ánimos en alza. Después de charlar sobre los últimos sucesos, la difícil decisión de dejar la acampada, las anécdotas de tantos días juntos, empezaron a preparar la cena.

Jesús estuvo trayendo junto a otros amigos y amigas los bocadillos, las tortillas preparadas, fruta, agua y café. En un momento de la cena, pidió la palabra y les dijo: “Esta cena tiene un triste sabor a despedida. Pero no quiero que terminemos así. Hemos tenido durante todo este tiempo un montón de asambleas, nos hemos ido conociendo, aceptando, respetando y, por qué no decirlo, queriendo también. Vosotros y vosotras ya formáis una parte vital, importantísima de mi vida. Y creo que yo formo parte también de la vuestra. Nuestra entrega voluntaria por otro mundo mejor, más justo, ha dado sus frutos. Pequeños, incipientes, pero semillas de un futuro más humano, en paz y fraternidad.

Nos alejaremos, cada uno volverá a su casa, pero seguiremos unidos, trabajando en cada

barrio y nos veremos en las movilizaciones conjuntas. Seguiremos charlando por facebook.

Ha sido una inmensa gozada trabajar con vosotros. Ya no os llamo ni siquiera colegas, amigos, sino que habéis pasado a ser como de mi propia familia. Me habéis enseñado un montón de cosas. Os puedo asegurar que ahora soy diferente a cómo era cuando dormí la primera noche aquí. He aprendido que no hay nadie más importante que otro, que nadie es imprescindible, pero que todos somos necesarios. He comprendido que servir a los demás reporta más felicidad que esperar a que te sirvan a ti. Gracias a todos, a todas. Nos seguiremos viendo. Ahora a seguir trabajando cada uno en su parcela”.

Hubo otras intervenciones, igual de sentidas, en las que siguieron aflorando los sentimientos, la tristeza, el gozo, la esperanza, la incertidumbre, la ternura. Y también se derramaron lágrimas de alegría (Lc 22,14-30).

Y cuando todos y todas terminaron de comunicarse, Jesús tomó su guitarra y cantaron y bailaron durante toda la noche. Una noche en la que incluso en el cielo de Madrid se pudieron vislumbrar algunas estrellas. Así estuvieron hasta que los primeros rayos del Sol les sorprendieron aún despiertos, más despiertos que nunca, disfrutando de ese nuevo amanecer que, como una hermosa metáfora, se abría desafiante ante el futuro.

Muchas más cosas podría contaros de lo que sucedió en estos días tan hermosos y vibrantes, pero ya hay otros libros que recogen los hechos con más objetividad. Leedlos, ahí se recoge parte de nuestra reciente y prometedora historia


Redes Cristianas contra la guerra de Libia

Redes Cristianas que agrupa a más de 40 organizaciones, movimientos y comunidades cristianas en España, quiere manifestar públicamente su repulsa y denuncia ante lo que está aconteciendo en lo que muchos no quieren llamar Guerra de Libia. No miramos para otro lado, estamos atentos a lo que pasa en el mundo y calificamos esta agresión militar de algunos estados occidentales, incluido el español, como una hipocresía que se ampara en la resolución 1973 de la ONU para apoderarse de las riquezas naturales de Libia, sobre todo gas y petróleo y además tener el control directo de los procesos políticos que se dan en el norte de África (Túnez, Egipto, Libia) y en las petromonarquías del Golfo Pérsico. La ONU, como organismo internacional para mantener la paz en el mundo, no puede moralmente “dar permiso para matar y destruir”, como están haciendo, amparándose en esa resolución.
El desarrollo de los ataques sobre Libia está poniendo de relieve, como tantas otras veces, que esta guerra no puede ser legal, pues aunque se conceda alguna legitimidad a la ONU, -manipulada por unos pocos países-, no se está respetando la resolución 1973, que sólo autoriza a intervenir “para proteger a las poblaciones civiles”. También ahora, con el mismo cinismo que en guerras anteriores, se recurre desde los grandes medios de comunicación, al discurso de los “Derechos Humanos”.
Pero nadie con un nivel mínimo de información puede ya creer a gobiernos que en tantas ocasiones han provocado masacres sobre millones de personas y depuesto a gobernantes que no se plegaban dócilmente a los intereses de sus multinacionales. El terrible sufrimiento que vienen provocando en Iraq y Afganistán – con el pretexto del burka o las armas de destrucción masiva – nos debe recordar que siempre que hablan de “intervención humanitaria” están preparando un gigantesco robo “a mano armada”.
No es difícil advertir el cinismo de estos Estados y multinacionales de la explotación y la guerra manteniendo al tirano contra su propio pueblo mientras defiende los intereses de ellos –como parece ser el caso de Gadafi-, pero que no dudan en masacrar a todo el pueblo para derrocarle cuando el tirano se crece y se opone a sus dictados. Apoyamos a la población civil que trata, con medios pacíficos, de crear condiciones más democráticas en sus países. Esto incluye el apoyo al derrocamiento de Gadafi. Sin embargo, condenamos el maniqueísmo de quienes únicamente proponen un medio para lograr dicho fin: una supuesta ‘intervención armada humanitaria’ de la OTAN.
Lo mismo diríamos de otros muchos dictadores que oprimen a su pueblo aunque todavía no se hayan levantado. Nos podríamos preguntar ¿Por qué intervenir en Libia para proteger a la población civil y no intervenir en Bahrein, Yemen, Siria, Sudán, Costa de Marfil, o al mismo Israel respecto de Palestina? ¿Porqué una población civil debe ser protegida y otra no? ¿Quizás el Occidente considera Arabia Saudí, vinculada a los EEUU, como un régimen democrático?
Vivimos en momentos muy difíciles en que millones de trabajadoras y trabajadores atraviesan situaciones dramáticas de supervivencia, se recortan por todos lados derechos y prestaciones sociales, se destruye empleo día a día y se niega una esperanza de futuro a tantos jóvenes, el dispendio económico de una nueva guerra resulta aún más INTOLERABLE. Hoy, más que nunca, es necesario gritar bien alto: ¡Ni un euro para la guerra! ¡Los gastos militares para derechos sociales!
Como creyentes en Jesús de Nazaret, estamos en contra de todas las Guerras y además estamos convencidos de que hay otros muchos cauces de presión política y económica a disposición de los Estados más poderosos y de la misma ONU, -que, para ser de todos, necesita una urgente desprivatización- sin necesidad de tener que recurrir a la intervención militar que solo genera más injusticia







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