LES DESEO UN BUEN AÑO para la solidaridad.
Papa Francisco© AFP Papa Francisco
Los gobiernos de EE.UU. y Cuba destacaron el papel desempeñado por el papa Francisco en las conversaciones para restablecer las relaciones diplomáticas entre los dos países, que han estado interrumpidas durante más de medio siglo.
Funcionarios del gobierno estadounidense señalaron que el Papa fue clave en las negociaciones para lograr la liberación del contratista estadounidense Alan Gross, que llevaba más de cinco años en prisión en Cuba.
Por su parte, el presidente de Cuba, Raúl Castro, también agradeció su mediación en las negociaciones.
"Quiero agradecer y reconocer el apoyo del Vaticano, y, especialmente, del Papa Francisco, al mejoramiento de las relaciones
entre Cuba y Estados Unidos", dijo Castro.
Por su parte el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, afirmó este miércoles que el Papa "se complace vivamente" por el hecho de que Cuba y EE.UU. estén en camino de "superar, por el interés de los respectivos ciudadanos, las dificultades que han marcado su historia".
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Estos comentarios siguen la línea de los que el papa hacía cuando era arzobispo de Buenos Aires, sin embargo estos comentarios realizados en el avión durante su viaje de vuelta tras la visita a Tierra Santa suponen la primera vez que se pronuncia sobre este asunto desde su nombramiento.
“El celibato no es un dogma”, ha aseverado Francisco que ha reconocido que se trata de una norma de vida que aprecia mucho y que piensa que es “un regalo para la iglesia”.
En cuanto a la visita programada para este fin de semana de los líderes israelí y palestino, Begoglio ha asegurado que no se trata de una “mediación” sino de una reunión para orar.
Asimismo, ha anunciado una reunión con víctimas de abusos sexuales en el Vaticano para el próximo mes de junio y ha equiparado estos excesos con la celebración de misas satánicas.http://www.rtve.es/noticias/20140527/papa-francisco-deja-puerta-abierta-fin-del-celibato-iglesia/943541.shtml
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Papa Francisco© AFP Papa Francisco
Los gobiernos de EE.UU. y Cuba destacaron el papel desempeñado por el papa Francisco en las conversaciones para restablecer las relaciones diplomáticas entre los dos países, que han estado interrumpidas durante más de medio siglo.
Funcionarios del gobierno estadounidense señalaron que el Papa fue clave en las negociaciones para lograr la liberación del contratista estadounidense Alan Gross, que llevaba más de cinco años en prisión en Cuba.
Por su parte, el presidente de Cuba, Raúl Castro, también agradeció su mediación en las negociaciones.
"Quiero agradecer y reconocer el apoyo del Vaticano, y, especialmente, del Papa Francisco, al mejoramiento de las relaciones
entre Cuba y Estados Unidos", dijo Castro.
Por su parte el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, afirmó este miércoles que el Papa "se complace vivamente" por el hecho de que Cuba y EE.UU. estén en camino de "superar, por el interés de los respectivos ciudadanos, las dificultades que han marcado su historia".
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El papa Francisco deja "la puerta abierta" al fin del celibato en la Iglesia, ESTO DICEN EN LOS PERIÓDICOS
El papa Francisco ha declarado que considera que, aunque cree que los curas de la Iglesia Católica deben ser célibes, la norma no es un dogma y, por tanto, es susceptible de ser modificada. “La puerta siempre está abierta”, ha dicho el pontífice que también ha hablado sobre la posibilidad de ver más renuncias papales como la de Benedicto XVI.Estos comentarios siguen la línea de los que el papa hacía cuando era arzobispo de Buenos Aires, sin embargo estos comentarios realizados en el avión durante su viaje de vuelta tras la visita a Tierra Santa suponen la primera vez que se pronuncia sobre este asunto desde su nombramiento.
“El celibato no es un dogma”, ha aseverado Francisco que ha reconocido que se trata de una norma de vida que aprecia mucho y que piensa que es “un regalo para la iglesia”.
En cuanto a la visita programada para este fin de semana de los líderes israelí y palestino, Begoglio ha asegurado que no se trata de una “mediación” sino de una reunión para orar.
Asimismo, ha anunciado una reunión con víctimas de abusos sexuales en el Vaticano para el próximo mes de junio y ha equiparado estos excesos con la celebración de misas satánicas.http://www.rtve.es/noticias/20140527/papa-francisco-deja-puerta-abierta-fin-del-celibato-iglesia/943541.shtml
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. En el mundo que nos rodea la convulsión no nos abandona. Los países que se creían justos y democráticos están presentando sus caras más negras en esta crisis provocada y PERNICIOSA. Desde las bocas más dispares se apunta la necesidad de parar esta deriva a la que van los políticos terrenales
4 de ABRIL DE 2014
AMNISTÍA INTERNACIONAL ME ENVÍA ESTE CORREO, OTRA SITUACIÓN MÁS QUE NOS AVERGÚENZA COMO HOMBRES, SOBRE TODO COMO HOMBRES .
Hombres ansiosos, mujeres, niños y niñas se acercan desesperadamente, pero con cautela, entre los escombros, con la esperanza de recibir la ayuda alimentaria de UNRWA. Viven en estado de sitio desde hace nueve meses. Yarmouk, que antes era el hogar de 160.000 refugiados de Palestina, es ahora una cárcel donde viven atrapadas 18.000 personas que necesitan urgentemente ayuda humanitaria continua y sin obstáculos. Me cuentan historias desgarradoras de su lucha diaria por la supervivencia, en busca de alimentos y refugio seguro.
AALIYA*, es una mujer delgada, vestida de negro, la encuentro de pie en la fila para recibir ayuda humanitaria de UNRWA, me dice que piensa que ha perdido unos 20 kilos desde que hace 9 meses comenzara el asedio al campamento de Yarmouk, donde vive. No puede contener su emoción: "Hace ocho meses que los niños no tienen pan, y no hay comida para comprar", me dice.
Secándose las lágrimas, Aaliya me muestra su mano. La suciedad ha llenado las grietas de sus palmas, ásperas y curtidas. Le pregunto cómo se ha estado alimentando. "Con un grupo de mujeres, vamos al campo para intentar encontrar algo para comer. Si no hubiera malas hierbas, estaríamos muertos. Comemos una vez al día por la noche, malas hierbas y sopa", reponde. Le pregunto sobre su casa. "Mi casa fue bombardeada por lo que estoy viviendo en el apartamento vacío de alguien. No hay electricidad, no hay luz. Hemos estado cocinando con la madera de los muebles. ¿Es esto aceptable?", me pregunta. "¿Es esto aceptable?"
La fuerza y la vulnerabilidad de Aaliya son sorprendentes, pero todo en su actitud describe su agotamiento. Me pregunto cómo lo hace, cómo sale adelante.http://email.unrwace.org
-------------------------------------------------------------------------------------FRANCISCO EN LA TIERhttp://enriquearenz.blogspot.com.ar/2013/03/francisco-no-quiere-la-secta-de-los.htmlRA
HUMANIDAD EN LA TIERRA Y POR LA TIERRA. La llamada Carne de gallina.
EL BELENISMO NO EXISTIRÍA SI NO FUERA POR LA FUERZA DEL BIEN QUE ALIENTA A BUENA PARTE DE LA HUMANIDAD AÚN Y ESA MISMA FUERZA SE DESATA ANTE LA ADVERSIDAD EN MUCHOS RICONES DEL PLANETA.
12DEOCTUBRE.NO ES ESTO LO QUE HAY QUE CELEBRAR.POR UN MUNDO SIN ARMAS NI EJÉRCITOS
http://madrid.tomalaplaza.net/2012/09/24/12-octubre-2012-nada-que-celebrar-todo-por-reconocer/
Años después de las catástrofes petroleras en las costas gallegas, amenazadas ahora las costas canarias y valencianas. este video nos pone la carne de humano al recordar como en cualquier catástrofe predomina aún lo más lindo y valioso de la especie, y ha sido capaz esa fuerza de regenerar la naturaleza.
dirigido por Isabel Coixet
.ENRIQUE ARENZ
4 de ABRIL DE 2014
AMNISTÍA INTERNACIONAL ME ENVÍA ESTE CORREO, OTRA SITUACIÓN MÁS QUE NOS AVERGÚENZA COMO HOMBRES, SOBRE TODO COMO HOMBRES .
Irina Prentice, Oficial de Comunicaciones de UNRWA
para la Crisis Siria, viajó a Siria poco antes de que se cumpliera el
tercer año del conflicto. Allí se reunió con los refugiados de Palestina
atrapados en la zona sitiada de Yarmouk y en 2 de los 34 refugios de
colectivos que ahora albergan a 14.000 desplazados internos.
|
"Señor, ten piedad. Ha muerto gente. ¿Qué tipo de mundo es este en el que vivimos?", dice un anciano sollozando. "¿Es que no le importa a nadie? ¿Dónde se ha ido la humanidad de la gente?”.
Entre rayos de sol y charcos de agua estancada miro consternada a la fachada de un edificio quemado en la calle Rama en el campamento de Yarmouk. En lo que una vez fue una bulliciosa calle de Yarmouk, en Damasco, ahora sólo hay silencio. Las cicatrices de los edificios son testimonio de la intensidad de los enfrentamientos que asolan la zona.
Entre rayos de sol y charcos de agua estancada miro consternada a la fachada de un edificio quemado en la calle Rama en el campamento de Yarmouk. En lo que una vez fue una bulliciosa calle de Yarmouk, en Damasco, ahora sólo hay silencio. Las cicatrices de los edificios son testimonio de la intensidad de los enfrentamientos que asolan la zona.
Hombres ansiosos, mujeres, niños y niñas se acercan desesperadamente, pero con cautela, entre los escombros, con la esperanza de recibir la ayuda alimentaria de UNRWA. Viven en estado de sitio desde hace nueve meses. Yarmouk, que antes era el hogar de 160.000 refugiados de Palestina, es ahora una cárcel donde viven atrapadas 18.000 personas que necesitan urgentemente ayuda humanitaria continua y sin obstáculos. Me cuentan historias desgarradoras de su lucha diaria por la supervivencia, en busca de alimentos y refugio seguro.
AALIYA*, es una mujer delgada, vestida de negro, la encuentro de pie en la fila para recibir ayuda humanitaria de UNRWA, me dice que piensa que ha perdido unos 20 kilos desde que hace 9 meses comenzara el asedio al campamento de Yarmouk, donde vive. No puede contener su emoción: "Hace ocho meses que los niños no tienen pan, y no hay comida para comprar", me dice.
Secándose las lágrimas, Aaliya me muestra su mano. La suciedad ha llenado las grietas de sus palmas, ásperas y curtidas. Le pregunto cómo se ha estado alimentando. "Con un grupo de mujeres, vamos al campo para intentar encontrar algo para comer. Si no hubiera malas hierbas, estaríamos muertos. Comemos una vez al día por la noche, malas hierbas y sopa", reponde. Le pregunto sobre su casa. "Mi casa fue bombardeada por lo que estoy viviendo en el apartamento vacío de alguien. No hay electricidad, no hay luz. Hemos estado cocinando con la madera de los muebles. ¿Es esto aceptable?", me pregunta. "¿Es esto aceptable?"
La fuerza y la vulnerabilidad de Aaliya son sorprendentes, pero todo en su actitud describe su agotamiento. Me pregunto cómo lo hace, cómo sale adelante.http://email.unrwace.org
Roma, 1 oct (EFE).- El papa Francisco aseguró que el defecto de la Curia romana, el gobierno de la Iglesia, es que se ocupa sólo de los problemas de la Santa Sede olvidando el mundo que le rodea, en una entrevista publicada hoy en el diario "La Repubblica".
La Curia "tiene un defecto: es Vaticano-Céntrica. Ve y se ocupa de los intereses del Vaticano y olvida el mundo que le rodea. No comparto esta visión y haré de todo para cambiarlo", explicó el papa en la entrevista al fundador del rotativo, Eugenio Scalfari.
[Relacionado: El Banco Vaticano obtuvo unos beneficios de 86,6 millones en 2012]
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La entrevista se publica hoy en concomitancia con la primera reunión que mantendrá el papa con el llamado G8 de la Iglesia, el Consejo de ocho cardenales nombrados por Francisco para analizar la posible reforma de la Curia romana.
"La Iglesia tiene que volver a ser una comunidad del pueblo de Dios y los presbíteros, los párrocos ylos obispos deben estar al servicio del pueblo de Dios", añadió el papa Jorge Bergoglio.
Para el exarzobispo de Buenos Aires, en el pasado "los jefes de la Iglesia han sido a menudo narcisistas, adulados por sus cortesanos" y agregó que "la Corte es la lepra del papado".
[Más: Juan Pablo II y Juan XXIII serán canonizados el 27 de abril]
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Sobre su visión de la Iglesia, explicó que no se debe basar en el "proselitismo" sino "en escuchar las necesidades, las desilusiones, la desesperación y dar esperanza a los jóvenes y ayudar a los viejos, abrir al futuro y difundir el amor. Ser pobres entre los pobres".
Bergoglio indicó en esta entrevista de tres páginas que en el Concilio Vaticano II se decidió "mirar al futuro con espíritu moderno y abrir a la cultura moderna, que significaba ecumenismo religioso y diálogo con los no creyentes".
Pero el pontífice reconoció que "hasta ahora se ha hecho poco" y anunció que él tiene "la humildad y la ambición" de llevar a acabo ese camino de la Iglesia hacia la modernidad.
Respecto a los cambios que tiene previsto acometer, recordó cómo ha nombrado el Consejo de los ocho cardenales para que le aconsejen.
"No son cortesanos sino personas sabias, animadas por mis mismos sentimientos. Esto es el inicio de una Iglesia con una organización no sólo vertical sino también horizontal", destacó.
Durante la conversación con Scalfari, Francisco bromeó al asegurar que cuando tiene delante un "clerical" también él se vuelve "anticlerical de golpe" y es que, explicó, "el clericalismo nada tiene que ver con el cristianismo y que San Pablo fue el primero que habló con los paganos, los creyentes de otras religiones".
Por otra parte, aseveró que la Iglesia "no se ocupará de política", pues "las instituciones políticas son laicas por definición y actúan en esferas diferentes".
"La Iglesia no irá más allá de su deber de expresar y difundir sus valores, al menos mientras yo esté aquí", confirmó.
En la entrevista también se tocan asuntos de actualidad y Bergoglio consideró que "los grandes males que afligen el mundo son el desempleo de los jóvenes y la soledad en la que ha dejado a los viejos".
"Los viejos necesitan cuidados y compañía. Los jóvenes trabajo y esperanza", indicó.
El papa también criticó el "liberalismo salvaje" que hace que "los fuertes se hagan más fuertes, los débiles más débiles y los excluidos más excluidos", y añadió que "se necesitan reglas de comportamiento y si fuera necesario también la intervención del Estado para corregir las desigualdades más intolerables".
En la entrevista, el papa habla de los santos de su experiencia religiosa y, aunque matizó que no se puede hacer una clasificación de preferidos "como si fueran futbolistas argentinos", los "más cercanos a su alma" son San Francisco y San Agustín.
Sobre la "vocación mística" de algunos santos, Bergoglio explicó que no cree que tenga esta vocación, aunque desveló como tras ser elegido papa y mientras esperaba antes de asomarse al balcón de la basílica de San Pedro cerró los ojos y dejó de sentir "el ansia y la emotividad"
"Una gran luz me invadió, duró sólo un momento aunque me pareció muchísimo tiempo. Luego la luz se disipó, yo me levante de golpe y me dirigí a la mesa donde estaban los cardenales para firmar el acto de aceptación. Y firme", relató.
El papa termina la entrevista con Scalfari prometiendo un nuevo diálogo con el periodista, que se define ateo y a quien ya dirigió una carta sobre los no creyentes, en el que se afrontarán asuntos como el papel de la mujer en la Iglesia.
Durante la homilía, el Pontífice ha invitado a "vivir una relación intensa con Jesús, una intimidad de diálogo y de vida". Asimismo, ha recordado que "la incoherencia de los fieles y los Pastores entre lo que dicen y lo que hacen, entre la palabra y el modo de vivir, minan la credibilidad de la Iglesia".
-------------------------------------------------------------------------------------FRANCISCO EN LA TIERhttp://enriquearenz.blogspot.com.ar/2013/03/francisco-no-quiere-la-secta-de-los.htmlRA
HUMANIDAD EN LA TIERRA Y POR LA TIERRA. La llamada Carne de gallina.
EL BELENISMO NO EXISTIRÍA SI NO FUERA POR LA FUERZA DEL BIEN QUE ALIENTA A BUENA PARTE DE LA HUMANIDAD AÚN Y ESA MISMA FUERZA SE DESATA ANTE LA ADVERSIDAD EN MUCHOS RICONES DEL PLANETA.
12DEOCTUBRE.NO ES ESTO LO QUE HAY QUE CELEBRAR.POR UN MUNDO SIN ARMAS NI EJÉRCITOS
http://madrid.tomalaplaza.net/2012/09/24/12-octubre-2012-nada-que-celebrar-todo-por-reconocer/
h 17,30 – 18,30 : Des-file de las fuerzas desarmadas por la calle Arenal hasta Sol . La actividad consiste en un Pasacalles formado por personas que des-armadas expresan las reivindicaciones y necesidades de la sociedad. Portar des-armas (libros, guitarras, bolígrafos, barra de pan…) Sería un “anti-desfile” de alegría, una muestra más de que “otro mundo es posible” y que no necesitamos permiso de nadie para crearlo. Queremos un país sin armas. Gastos militares para gastos sociales
en Sol
18,30h. Actuación de la Solfonica /Murales de la Marea Azul
h 18,45 Reconocimiento de los pueblos originarios : desmontar el discurso oficial relacionado con el día de “la hispanidad” y realizar un reconocimiento de los pueblos originarios, a los que se les ha sustraído de manera dictatorial su soberanía y derecho a participar en la toma de decisiones que afectan a sus entornos, así como son quienes sufren constantes atropellos contra sus derechos fundamentales por parte de las transnacionales que saquean sus recursos y deterioran sus medios de vida.
h 19,00: intervenciones de testimonios de las luchas de los pueblos originarios en America, Palestina y Sahara Occidental
h 20,30 : hermanamiento y solidaridad entre los pueblos
Programa para imprimir:
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Años después de las catástrofes petroleras en las costas gallegas, amenazadas ahora las costas canarias y valencianas. este video nos pone la carne de humano al recordar como en cualquier catástrofe predomina aún lo más lindo y valioso de la especie, y ha sido capaz esa fuerza de regenerar la naturaleza.
dirigido por Isabel Coixet
.ENRIQUE ARENZ
Los malvineses son personas como nosotros.
En Argentina, para que nos entretengamos en algo en el mundo que parecería que no hay suficientes problemas , y para que no se vean los que provocan los propios políticos, se está haciendo la pascua aislando a los habitantes de Las Malvinas presionando al gobierno de Londres . Enrique Arenz, escritor argentino me envía esta entrada de su blog exponiendo humanamente la estupidez de este nuevo siglo, del que tantas esperanzas teníamos y al que para colmo tenemos que seguir esperando porque si no no vivimos.
A treinta años de una guerra inconcebible
LOS MALVINENSES SON PERSONAS COMO NOSOTROS
Por Enrique Arenz
Yo que viví la guerra de las Malvinas con dolorosa lucidez, me siento ahora sofocado por un clima parecido. La presidente de la Nación actúa como el general Galtieri, sólo que en vez de mandar a las fuerzas armadas recurre al bloqueo y presiona por la solidaridad continental para hacerles la vida imposible a los tres mil habitantes de las islas.
Galtieri apeló al espíritu patriótico de los argentinos para oxigenar el desgastado y fracasado gobierno militar, en el que todos estaban peleados con todos. Cristina tiene necesidad de desviar la atención de la ciudadanía de gravísimos problemas económicos, ambientales, de pobreza y de exclusión que hereda de su propio gobierno, tan ineficaz en esas cuestiones como lo fue el proceso.
Y al igual que Galtieri, pareciera (no lo afirmo) que está logrando despertar el sentimiento irracionalmente nacionalista de una gran mayoría de argentinos, incluyendo a los políticos e intelectuales.
En 1982 la Plaza de Mayo rebalsó de argentinos espontáneos que aclamaron a las Fuerzas Armadas y al mismísimo Galtieri. El dictador hasta se dio el lujo de salir al balcón de la Casa Rosada para recibir la jamás esperada caricia del calor popular. Y también me acuerdo de que todos los políticos prominentes de esa época, con la honrosa excepción del doctor Arturo Frondizi y del ingeniero Álvaro Alsogaray, quienes se opusieron a la guerra desde el mismo momento del desembarco, fueron orgullosos y eufóricos a Puerto Argentino a cantar el Himno y a izar el pabellón nacional. Todo era éxtasis nacionalista, gesta patriótica, lágrimas de emoción.
Pero perdimos la guerra. Por errores y horrores de los mandos, pero también por la lógica del sentido común:¡estábamos peleando contra la OTAN!, por el capricho de un dictador a quien paradojalmente apoyaban la URSS y Cuba (los regímenes totalitarios que habían financiado y entrenado a la misma guerrilla que nuestros militares se encargaron de aniquilar sin el menor apego a la ley y el derecho).
Y, precisamente, lo que me inquieta treinta años más tarde, es la opinión de los políticos, periodistas e intelectuales de hoy, que no han cambiado mucho, siguen pensando como se pensaba en 1982. La idea predominante en todos ellos es que no debemos dialogar ni negociar nada con los isleños sino con Londres, la metrópolis colonial. Y por pensar así no vacilamos en dejar a tres mil personas desabastecidas, y si fuera posible, sin comida ni agua. Por el momento lo único que logramos con esta “lógica emocional” es enfurecer cada vez más a los malvinenses contra nosotros.
Pero es posible pensar de otra manera sin renunciar por ello a nuestros legítimos derechos. En primer lugar, reconocer que los isleños tienen ahora relativa independencia y manejan sus intereses económicos con autoridades propias democráticamente elegidas. En segundo lugar, que son seres humanos, no tienen la culpa del laberíntico proceso histórico que sufrieron nuestras islas a lo largo de siglos. Ellos se sienten ingleses y quieren ser ingleses, nacieron allí, son pacíficos, conforman una pequeña comunidad con los mismos derechos humanos que nosotros. Es verdad, ocupan un territorio que es nuestro. ¿Pero acaso no son más importantes las personas que los territorios? Piensen, estimados amigos, en este concepto que acabo de expresar, y no me extrañaría que alguno lo rechace. Repito entonces la pregunta: ¿Acaso no son más importantes las personas que los territorios? Pues sí, lo son, definitivamente lo son: personas de cualquier nacionalidad, etnia, religión o cultura. Todas las personas son iguales ante Dios y ante la ley, todas son merecedoras del mismo respeto, trato humano y derechos de vivir libremente como lo deseen mientras no molesten o atenten contra la libertad de los demás. Y los tres mil malvinenses entran en esa categoría, guste o no guste.
Ellos son personas como nosotros, viven por azar en una tierra con la que mantienen un lazo de pertenencia muy profundo, tierra que ellos no tomaron por la fuerza porque nacieron allí y cuyos antepasados hace mucho tiempo que estuvieron allí. No estoy insinuando que debamos renunciar a las Malvinas. Siempre reivindicaremos esas islas porque son legítimamente argentinas. Pero entre tanto, hacer que los isleños nos odien más de lo que nos odian por todo lo que les hemos hecho y les seguimos haciendo, no tiene nada de patriótico ni de racional, es sencillamente una gran estupidez.
Son más los aspectos que nos unen a los isleños que los que nos separan. Debiéramos, no aislarlos ni intentar que LAN de Chile deje de volar a las islas sino, al contrario, competir con LAN haciendo que Aerolíneas Argentinas haga vuelos regulares a las Malvinas; debiéramos sentarnos a hablar con ellos para acordar la forma más equitativa y sustentable de explotar la pesca en un mar que compartimos y que está siendo depredado; debiéramos hacer un convenio de cooperación para la explotación del petróleo con claras normas compartidas de protección ambiental y preservación del recurso ictícola. Los isleños necesitan tener contacto con nuestro territorio por razones comerciales, educacionales, sanitarias, culturales y económicas. Eso no implica reconocerlos como un estado independiente, porque la cuestión de la soberanía se defenderá siempre con el derecho internacional. Pero lo cortés no quita lo valiente: no necesitamos pelear eternamente con ellos para defender inclaudicablemente nuestros derechos territoriales, no necesitamos hacerles la vida imposible, fogonear su reclusión continental, trasnformarlos en un gueto del mundo y menos alimentar su odio y su rechazo hacia todo lo argentino. Naturalmente no hablaremos con ellos de soberanía, pero tenemos muchas otras cosas para hablar y entendernos.
En resumen, por dos razones irrebatibles no podemos treinta años después seguir con la guerra sicológica contra los habitantes de las Malvinas : 1º) Los malvinenses son personas, y las personas siempre, siempre, siempre, están antes que los territorios; y 2º) Los argentinos tenemos mucho que ganar restableciendo cordiales relaciones con ellos, intercambios culturales, turísticos y económicos, y nada que perder, porque nuestros justos reclamos de soberanía son irrenunciables y los defenderemos con la ley y el derecho, pero jamás con el menosprecio, el ninguneo, la agresión y la violencia.
Miguel Ángel Mesa Bouzas
---REDES CRISTI
En torno al movimiento del 15-M hay muchos cristianos
indignados que se han movilizado y unido a él, para pedir que nuestra democracia
sea más participativa, que se acaben los privilegios de la clase política, que
sea lo que está llamada a ser: un servicio a la ciudadanía, y no un círculo
cerrado de prebendas, corrupción y componendas.
Pero, sobre todo, para que en esta crisis impuesta
desde las grandes esferas de poder
económico a nivel nacional e
internacional, se cuide en primer lugar a los más débiles de la sociedad para
paliar los efectos de la misma, que no se desmantelen los servicios públicos,
siguiendo lo que parece ser un esquema planificado por esos mismos ámbitos de
poder financiero.
Para ello se debe implementar otra política económica, no la realizada desde
una visión neoliberal, pues ya estamos viendo hacia donde nos conduce, sino otra
alternativa (que existe, pero que no aparece en los medios de comunicación) que
privilegie a los ancianos, a los jóvenes, a los parados, al medio ambiente, a
los servicios públicos, que son los que ofrecen bienestar y trabajo a los
ciudadanos. Que imponga una fiscalidad que grave más a las rentas más altas, y
menos a las de los trabajadores (al contrario de lo que se hace ahora),
combatiendo eficazmente el fraude fiscal para salir lo antes posible de la
crisis, poniendo las bases de una nueva sociedad, menos consumista, más
justa
y equitativa.
Decía que hay muchos cristianos que, por su fe en Jesús de Nazaret, se
mezclan como la sal y la levadura entre el movimiento de los indignados. Son
unos más, sin llevar ningún cartel que los distinga, ni negando la motivación
fundamental si se les pidiera.
Lo mismo que hizo Jesús, uno de los grandes
indignados de su época (quizá la indignación actual sería equivalente a la
profecía de aquellos tiempos). Voy a intentar trazar unas líneas básicas sobre
la indignación profética que mantuvo Jesús en su vida, ante las autoridades
políticas y religiosas de su época, realizando una transposición a nuestros
días, en concreto, al movimiento 15-M y a todo lo que significa e implica.
Jesús nació pobre entre los empobrecidos, en una aldea perdida de Galilea,
sometida por el poder militar y económico del imperio romano, a través de las
autoridades judías.
Los campesinos de Galilea sufrían los enormes impuestos,
teniendo que vender sus tierras, sirviendo a los latifundistas, o sumándose a
quienes se sublevaban contra el dominio opresor.
Sus padres, María y José, eran profundos creyentes y, por lo tanto,
solidarios con su pueblo, sometido y desesperanzado. María confiaba en el amor y
la liberación de su Dios y, en su indignación, esperaba el día en que se
derribara del poder a los poderosos, se enalteciera a los pobres, y se
repartieran los bienes para que pudieran vivir con más dignidad los desposeídos,
y que a los más ricos se les despojara de las riquezas que habían adquirido
mediante robos e injusticias.
A Jesús no le fueron a visitar en su nacimiento los poderosos, ni las
autoridades jerárquicas del judaísmo oficial, sino los pastores pobres,
marginados y personas de otras culturas y religiones, paganos y descreídos para
las autoridades hebreas.
Después de conocer en su propia carne, durante buena parte de su vida, la
pobreza, la injusticia y una religión sofocante y excluyente, decidió sumarse al
grupo de Juan Bautista que proclamaba: “Quien tenga varios sueldos, que se
desprenda de ellos y se quede con lo que le permita vivir con dignidad. No
exijáis a los demás nada más que lo que marca la Ley, y que ésta favorezca a los
más débiles en primer lugar. No juzguéis injustamente a los más pobres, no
hagáis denuncias falsas en los juzgados, ni entréis en las redes de corrupción,
contentaos con una paga modesta”.
Por estas manifestaciones el tetrarca Herodes decidió acabar con las
denuncias que proclamaba Juan, y que le hacían tanto daño: primero le metió en
la cárcel y luego le quitó la vida.
Este hecho provocó en Jesús una fuerte sacudida interior. No podía traicionar
la voz interior que le decía: “Tú eres mi hijo amado”, por lo tanto decidió
seguir en solitario, pues sus otros hermanos amados estaban como sordos, ciegos
y mudos ante tanto dolor impuesto. No podía ser infiel a la llamada. La
indignación le pudo más que la prudencia.
He decidido realizar esta actualización pidiendo permiso a Lucas, y me ha
dicho que como el evangelio no tiene copyright, podría hacer lo que creyera más
conveniente, con tal de difundir la buena noticia de Jesús. He elegido el
evangelio de Lucas porque me parece que refleja con más claridad las actitudes
que tuvo Jesús ante las injusticias de su tiempo, manifestándose así como
profeta indignado ante la exclusión y la marginación en su mundo, con la mente y
el corazón siempre puestos y dispuestos en el Reinado de Dios, que podríamos
traducir en la actualidad como ese otro mundo posible y necesario, tan anhelado
por los más empobrecidos, por las víctimas del sistema, por Dios
mismo.
El trasfondo de las citas que he elegido les sonarán más a los cristianos que
hayan leído el Evangelio. Pero en este trabajo han estado presentes, de una
forma especial, los jóvenes no creyentes que han demostrado su amor por los
demás en las plazas y las calles de toda España. Pues yo creo, sinceramente, en
esas frases neotestamentarias que afirman que donde hay libertad y amor, allí
está el Espíritu de Dios.
EVANGELIO DE LUCAS (Mayo-Junio del año 2011)
«Últimas noticias de Palestina News: “Las nuevas generaciones, indignadas y
superando su apatía, han realizado grandes acampadas, gestos ante la sociedad y
manifestaciones.
Se han mostrado creativos y no violentos, pidiendo que dejen
su poder quienes se enriquecen y corrompen a costa del pueblo, y que se origine
una nueva política democrática y económica que privilegie a los más débiles, a
los excluidos, a los inmigrantes, para que puedan vivir con dignidad y que a los
más ricos se les aumenten los impuestos para que haya un mejor reparto y más
justicia social» (Lc 1,50-53).
«Las madres y los padres les decían a los jóvenes: “Tened cuidado, estamos
preocupados por si os dispersa la policía, ya son muchos días los que lleváis en
la plaza, y están a la vuelta de la esquina los exámenes finales”. Y ellos y
ellas les contestaban: “Gracias por vuestros consejos, pero ahora me debo a esta
causa tan justa, vosotros estuvisteis hace años en la acampada del 0,7, ahora
nos toca a nosotros luchar por nuestro futuro y el de toda la humanidad”. Y sus
padres les entendieron, pero les costaba admitirlo» (Lc 2,48-50).
«Y Dios envió su Espíritu sobre todos ellos en sus acampadas, en sus
asambleas, en sus gestos proféticos. Y escribió en una gran pancarta de Sol este
texto: “Vosotros sois mis hijas e hijos queridos, mis predilectos. Atended sus
justas demandas”» (Lc 3,22).
«Y les dijeron a la clase política y a la las autoridades que les pedían
cordura: “No solo de promesas vive el pueblo. La gente no solo se alimenta de
pan, sino de belleza y de una segura esperanza en su futuro, para ellos, sus
hijos y las siguientes generaciones. No aceptaremos más vuestras mentiras, ni
vuestros sueldos escandalosos, ni la merma de nuestros derechos. No nos tentéis
más con palabras vacías, solo confiamos en nuestra decidida voluntad de cambio y
participación por un mundo mejor y posible”. Y se alejaron de nuevo a los
despachos de sus partidos y a sus juntas de gobierno» (Lc 4,1-13).
«Desenrollaron sus pancartas y las colocaron bien a la vista. En ellas se
podía leer: “La verdad está con nosotros, y lo sabéis”.
“Nos hemos reunido
porque nos queréis privar del futuro”.
“No permitiremos que nos despojéis de
nuestros derechos sociales y laborales, o a la falta de vivienda”.
“Liberad a
quienes luchan por estas reivindicaciones justas”.
“Hemos visto la opresión
de nuestro pueblo y hemos salido a las plazas para denunciarlo”.
“No
pagaremos la deuda que han contraído los grandes bancos y los organismos
financieros”
» (Lc 4,18-19).
«Se reunieron en asamblea y decidieron extender sus acampadas por todo el
ámbito nacional. Y no solo fue así, sino que se propagó más allá de nuestras
fronteras el grito de los indignados del mundo» (Lc 4,43).
«Jesús les dijo:
“Levantaos, salid de vuestras casas, reclamad vuestros derechos y tomad las
plazas y las calles”.
Los dirigentes de los partidos, los jueces y las
jerarquías religiosas les dijeron estupefactos: “¿Por qué invadís nuestras
plazas? ¿No veis que ahuyentáis al turismo y disminuís las ganancias de los
negocios de la gente decente? Además, la mayoría de los que están son ácratas y
perroflautas que han encontrado un lugar para pasárselo en grande. Terminaréis
mal con esas malas compañías. Van contra el poder constituido legalmente, no
tenéis ningún futuro”.
Pero Jesús les contestó: “Efectivamente, aquí no están los instalados, los
poderosos, quienes prefieren mantener el statu quo para no perder sus
privilegios. Aquí está la gente que no tiene nada, a quienes les han arrebatado
el futuro, y un pueblo sin esperanza está como muerto. Han empezado a soñar
despiertos y nadie les arrebatará su ilusión y su empeño. Ha empezado a brotar
la primavera, ¿no la sentís? Ellos y ellas tienen fe en sí mismos y por eso
creen y trabajan por otros ideales, por una sociedad nueva. Por eso estoy tan
feliz de que por fin hayan despertado de tan prolongado letargo”.
Y mucha de la gente que tenía la mente abierta y el corazón esponjado para
detectar los signos de los tiempos, pensaba para sí y se lo comunicaba a sus
allegados, vecinos y compañeros de trabajo: “Hoy, por fin, hemos visto cosas
maravillosas”» (Lc 5,24-32).
«Los dirigentes de los partidos y los guardianes
del orden lo intentaron por otros derroteros:
“¿No tienen suficiente con la
democracia que tenemos? Hay cauces de participación.
Nuestro sistema político
funciona, fuera de él solo existe la anarquía y el vacío. O democracia o
dictadura. Razonad y volved a los cauces establecidos”.
Pero Jesús les respondió de nuevo: “Un traje que ya está viejo y desgarrado
no se puede remendar, pues si se intentara se destrozaría aún más. No es
aconsejable echar nuevos remiendos, se necesita otra nueva sociedad. Para
conseguir un mundo mejor se necesitan nuevos cauces, creativos, audaces”» (Lc
5,33-39).
«Jesús seguía acampado en Sol entre una multitud de jóvenes y personas de
todas las edades. Los jóvenes se organizaban, hacían asambleas y se definían
como un movimiento pacífico para cambiar la sociedad. Ponían pancartas en todos
los rincones de la plaza, en las que reflejaban sus sueños, sus ideales, su
indignación y sus propuestas.
Entonces se le acercaron de nuevo los representantes del poder constituido y
le dijeron: “Parece mentira que te unas a estos ‘indignados’ y tú no te indignes
al ver cómo están dejando esta plaza, que parece un basurero, somos el
hazmerreír del mundo, diles que detengan esta insurrección y desalojen la plaza.
Si no lo hacen, ordenaremos que la policía les desaloje. Será vuestra la
responsabilidad de lo que ocurra si no obedecéis”.
Y, de nuevo, Jesús les respondió: “Hace solo unos días os preguntabais que
por qué no se levantaban los jóvenes, los parados, los inmigrantes. Ahora que lo
han hecho y, como veis, de una forma ejemplar y pacífica, les recrimináis su
actuación. Ellos y ellas son el pueblo, y el pueblo es libre de manifestar su
indignación, y no hay forma mejor que como lo han hecho. Sabed que el espíritu
de Dios está muy presente en esta plaza y en los jóvenes que les imitan en otros
lugares. Nadie podrá detener esta avalancha de ciudadanía consciente”.
Y ellos discutían y planificaban la mejor forma para desacreditarlos,
desinformando, manipulando, mintiendo, buscando fórmulas legales para
dispersarlos» (Lc 6,1-11).
«Los medios de comunicación insistían en hablar
con los dirigentes, con las cabezas visibles, con los organizadores, pero
siempre quedaban desconcertados, pues los jóvenes les respondían: “Entre
nosotros no hay líderes, ni dirigentes, todo se decide asambleariamente, lo
único que podemos ofreceros son portavoces para que os comuniquen lo que vaya
decidiendo la mayoría”» (Lc 6,12-16).
«En la manifestación del 15 de Mayo ya se sentía que vibraba algo especial,
que no era igual a ninguna de las anteriores. Pero la acampada de Sol fue como
el disparo de salida, y enseguida surtió el contagio, en Barcelona, Sevilla,
Oviedo, Zaragoza… y en otras muchas ciudades del mundo. La indignación mundial
salió de las catacumbas para llenar las plazas y mostrar su firme desacuerdo con
la forma tan inhumana y antiecológica que mostraban los dirigentes de las
naciones de gobernar y de afrontar la crisis creada por los grandes bancos y las
entidades financieras» (Lc 6,17-19).
«Una tarde, en una asamblea que se hizo sobre espiritualidad, antes de que
acabara, Jesús pidió la palabra, se la dieron y en medio de un gran silencio,
con el corazón inundado de gozo, exclamó:
“Felices quienes no se sienten
identificados con el mundo en el que viven y se esfuerzan por
transformarlo.
Felices quienes en su corazón y en su cotidianidad no secundan
las razones egoístas del capitalismo, pues sus prácticas llevan a la miseria, la
exclusión y la muerte a las mayorías empobrecidas.
Felices quienes se alejan de los poderosos del mundo y se sienten cercanos a
los más débiles y marginados, a todos los que se unen a sus causas
justas.
Felices quienes reflexionan y discuten las causas de la injusticia
imperante en el mundo actual, y se esfuerzan por crear alternativas.
Felices
quienes mantienen un corazón joven y abandonan el envejecido discurso del
neoliberalismo.
Felices quienes luchan pacíficamente, pero con determinación, por crear un
mundo mejor y posible.
Felices quienes no aceptan fronteras y se mueven de un
país a otro, enriqueciéndose con
las distintas costumbres y culturas de los
pueblos.
Felices quienes no desean solo los cambios políticos y económicos,
sino que trabajan por otras formas de relación, de humanidad, de fraternidad,
desde un profundo espíritu de amistad y concordia”» (Lc 6,20-23).
«Y les siguió diciendo: “No odiéis a quienes os denigran y persiguen. El odio
enturbia y carcome el corazón. Respetad a quienes muestran su desacuerdo con
vosotros, pero manteneos firmes en vuestros compromisos por un mundo nuevo. Si
desinforman sobre lo que pasa aquí, sed creativos para rebatir la mentira y
dejadlos con el culo al aire. Tratad a los demás como queréis que os traten a
vosotros. Si hacéis lo mismo que hacen ellos y respondéis de la misma forma, ¿no
os convertís vosotros en lo mismo que denunciáis?
Sigamos como hasta ahora, actuando audaz, creativa y pacíficamente. A quienes
entre vosotros sois creyentes como yo, os digo: Seamos misericordiosos, como
nuestro buen Dios es misericordioso y compasivo con los más débiles y excluidos
de nuestra sociedad y nuestro mundo”» (Lc 6-27-36).
«¿Acaso puede un ciego
guiar a otro ciego? Abramos los ojos y ayudemos a que otros los abran. Es la
única forma de salir adelante todos juntos, para ir creando unidos, en red, otro
mundo mejor y, como estamos viendo, posible.
Ha llegado el momento de destapar las injusticias, que salgan a la luz todos
los embustes, los manejos de las altas dirigencias políticas y económicas, la
opresión que se comete contra las naciones más empobrecidas. Wikileaks ha sido
quizá el comienzo de este destape a nivel mundial. Sigamos nosotros, en la
medida que podamos, con la gente cercana y a la que podamos llegar con nuestra
información alternativa. E intentemos no caer nosotros en las mismas redes con
las que intentarán atraparnos» (Lc 6,39-42).
«Según lo que sembremos, eso cosecharemos. Si plantamos en los huertos
ecológicos que estamos creando buenas semillas, nos darán buenos frutos. Si
nuestro corazón comparte paz, verdad y justicia, eso mismo conseguiremos.
Si queremos que todo lo que estamos creando continúe y dé fruto, debemos
pensarlo bien, dialogar entre todos para conseguir el máximo consenso, actuar en
consecuencia y tratar de conquistar la simpatía de la gente y del mundo, para
que cada vez seamos más y así nos tengan que escuchar a la fuerza. Por lo tanto,
reforcemos nuestros cimientos, no construyamos sobre arena, sino sobre roca
firme. Sabemos que la verdad brilla cada noche en todas las plazas, no
permitamos que se nos escape como agua entre los dedos» (Lc 6-43-49).
«Llegaba cada vez más gente de todas las clases sociales, jóvenes sobre todo,
pero también personas maduras y mayores. Y les decían con emoción y, a veces,
con lágrimas en los ojos: “Hace mucho, mucho tiempo que estamos esperando algo
como lo que habéis puesto en marcha. ¡Ánimo muchachos y muchachas! No os
desaniméis y seguid adelante, os apoyamos e intentaremos en lo posible
participar en las acciones que propongáis”.
Y ellos y ellas les contestaban: “Vosotros mismos podéis comprobar lo que
está pasando aquí y en otras muchas ciudades: muchas personas recobran la
ilusión, empiezan a ver que otro mundo es posible si nos comprometemos, estamos
realizando acciones que tienen repercusión local, nacional e incluso
internacional, resucita la esperanza en muchos corazones decaídos. Los
inmigrantes, los parados, los desmoralizados empiezan a ver una nueva luz, pues
les estamos proponiendo una buena noticia que se puede llevar a cabo. Los sueños
se están cumpliendo en cada paso que damos”» (Lc 7,18-23).
«Jesús pidió la palabra de nuevo y dijo, cuando alguien comentó que en esa
plaza solo había jóvenes sucios, sin ganas de trabajar, hippies trasnochados:
“¿Qué habéis venido a ver a esta plaza, las apariencias marcadas por vuestros
prejuicios? Yo os digo que aquí hay jóvenes y personas mayores de todas las
extracciones sociales, de todas las tribus urbanas, de distintas formas de
pensar, de varias ideologías, de distintos gustos y estéticas.
Lo que sí puedo decir en voz alta es que son los nuevos profetas de un mundo
nuevo.
Lo mejor que ha brotado en esta sociedad desde hace muchos
años.
Son jóvenes que han acampado en esta plaza, que dialogan, que se
encuentran en profundidad
en un clima de amistad y fraternidad, denuncian y
proponen alternativas, y también cantan y bailan.
La nuestra es una
generación muy triste que les quiere impedir que tengan esperanza en su futuro.
Por eso es tan hermoso que demuestren su indignación, sin que eso les prive
de demostrarlo con la música y la danza de sus jóvenes vidas. Están demostrando
más cordura y sabiduría que miles de personas que se consideran gente de bien y
de orden» (Lc 7,24-35).
«Había una gran mayoría de mujeres entre la gente reunida en las plazas de
las distintas ciudades. Y crearon grupos que discutían en asambleas los
problemas de la mujer en la sociedad actual y en el mundo. Porque una nueva
sociedad no se puede dar a luz al margen o de espaldas a las mujeres. Y Jesús se
unía a sus debates, hablaba y reía con ellas, comía, cantaba y bailaba con
ellas. Se sentía profundamente feliz a su lado. Junto a ellas iba descubriendo
una nueva forma de entender la vida, una parte esencial que se había ocultado
durante toda la historia sobre su buen Dios. Y, desde entonces, decidió llamarle
más que Padre, sobre todo Madre» (Lc 8,1-3).
«Jesús se salía de gozo, porque se estaban revelando las claves de ese otro
mundo posible en medio de las asambleas y de las propuestas de la gente.
Y a
quienes les pedían las conclusiones para sacarlas en los informativos, se las
tenían que explicar cuidadosamente, muchas veces por medio de imágenes, para que
las comprendieran, pues eran incapaces de entender las decisiones que tomaban.
Jesús les comentó:
“Habrá gente que escuche nuestras proposiciones y las
consideren utópicas, fuera de la realidad, imposibles de conseguir. Otros las
escucharán con alegría, pero las preocupaciones, el trabajo, las ocupaciones
diarias hará que no las secunden. Por fin, habrá personas que, como en tierra
buena, fructificarán y darán una buena y abundante cosecha”» (Lc 8,11-15).
«“Aquí no hay secretos como en las reuniones del gobierno, no hay nada
oculto, todo sale a la luz. Lo único que mantenemos por un tiempo de forma
confidencial, son algunas de las acciones que emprendemos, para que sean más
impactantes y eficaces. Todo se debe comunicar por los altavoces, para que todo
el mundo nos escuche y el que quiera entender, que entienda”.
Llegaron una tarde a verle su familia y le dijeron: “Jesús, ¿no crees que ya
es hora de que vuelvas a casa, que comas con nosotros y duermas un poco mejor
algún día en tu cama? No te vemos casi nada desde hace semanas”.
Y Jesús les
respondió: “Gracias, en cuanto pueda iré, no os preocupéis. Yo os quiero un
montón, pero es que he encontrado en esta plaza una nueva familia, que estoy
empezando a conocer y con la que estamos poniendo en práctica el mundo nuevo del
que tanto hemos hablado, el que tanto anhelamos”» (Lc 8,16-21).
«Una tarde, hablando del decrecimiento, Jesús solicitó la palabra y dijo: “Yo
creo que si seguimos así en este mundo del despilfarro, del consumo egoísta, de
la búsqueda del máximo beneficio inmediato al menor precio, debemos cambiar la
forma de vida, teniendo en cuenta que los recursos de nuestra tierra son
limitados. Tenemos que consumir y trabajar lo justo para disfrutar una vida de
calidad en lugar de tener calidad de vida, tenemos que bien vivir, en lugar de
vivir bien, tenemos que pensar en los millones de personas de nuestro mundo que
viven con menos de un dólar al día, tenemos que
pensar en nuestro planeta
como madre, dejando de explotarlo sin misericordia. En definitiva, tenemos que
decrecer para que otros crezcan, autolimitarnos, vivir más sencillamente para
que otros puedan sencillamente vivir.
Debemos convencer a los demás para crear una civilización de la austeridad
compartida, poseyendo menos cosas, para poder vivir felices viendo cómo los
demás empiezan a vivir con dignidad. Será una labor ardua, difícil,
políticamente incorrecta, pero es la única forma de que la especie
humana
perdure en la madre Tierra, e interrumpir así la catástrofe que cada
día se avecina con más rapidez» (Lc 9,3-6).
«Solo si compartimos lo que poseemos habrá futuro. Ya lo estamos viendo aquí.
El primer día no teníamos nada, pero nuestro ejemplo ha conseguido que
centenares de personas nos traigan bocadillos y fruta, que los bares de
alrededor nos acerquen comida.
El milagro se puede dar, si cada persona aporta de lo que tiene para que
otros puedan comer y empezar a vivir como seres humanos. Debemos sacar de
nuestro interior lo mejor que tenemos como seres humanos. Entonces incluso
sobrará y habrá para todos» (Lc 9,9-17).
«Algunos decían que sin un líder,
sin un programa, sin que el movimiento se transformara en partido político, para
tener verdadera influencia, no se podría conseguir nada.
Jesús pidió de nuevo
la palabra y dijo: “Todas las personas que estamos aquí somos líderes. Cada
joven que acampa en esta plaza es tan importante como el que tiene a su lado.
Los niños y niñas pequeñas que están en la guardería que hemos creado, está
recibiendo una enseñanza que jamás podrá olvidar y que puede dar fruto cuando
sean adultos.
El más importante es el que más se da, sin pedir nada a cambio, quien opta
por no figurar. Está en un ordenador pasando información, preparando café,
recogiendo desperdicios, aportando en la asamblea, participando en diversas
acciones… El más importante es el más humilde” (Lc 9-46-48).
«Una chica se
levantó y comentó: “Hay muchas personas que dan opiniones sobre nosotros y se
creen portavoces del movimiento. Yo creo que habría que impedírselo para que
haya una sola voz, la que decidamos nosotros y nosotras, ante los medios”.
Jesús le respondió: “Si hablan bien de nosotros, si nos echan un cable, si
difunden con objetividad lo que está pasando aquí, no creo que debamos
impedírselo. Quien no está contra nosotros se muestra a favor nuestro”» (Lc
9,49-50).
«Alguien más pidió la palabra: “Está muy bien todo lo que decís, pero yo creo
que al igual que vivimos en una sociedad violenta, que nos responden con
violencia (ya habéis visto los vídeos de la represión en la plaza de Cataluña),
nosotros debemos emplear la violencia para tener más contundencia y así poder
conseguir nuestros objetivos”. Jesús le dijo: “Si algo nos caracteriza y ha
producido un impacto positivo en la sociedad, en el gobierno y en la policía, ha
sido nuestra actuación pacífica, nuestra apuesta por lograr lo que deseamos con
métodos no-violentos. La violencia engendra violencia.
Sigamos así, somos un
ejemplo para todo el mundo”» (Lc 9,51-55).
«“Nos parece que somos muchos cuando vemos la plaza llena y cómo va cundiendo
el ejemplo en otras ciudades del mundo. Pero somos un pequeño grano de arena
entre la población mundial. Sigamos así, sin grandes medios, practicando la
no-violencia en un mundo muy violento, ofrezcamos lo que sabemos y tenemos, pues
ese otro mundo posible que anhelamos está ya en medio de nosotros”» (Lc
10,2-9).
«Un portavoz de la comisión de información dijo con inmensa alegría: “Nuestro
ejemplo está extendiéndose en multitud de lugares, estamos en las portadas de
los periódicos y de los telediarios, hay decenas de medios de comunicación y
programas dedicados por entero a nuestro movimiento, es sensacional, yo no me
esperaba ni por asomo una repercusión así”.
Jesús dijo: “Yo también estoy asombrado, es algo increíble. Es el resultado
del esfuerzo de cada uno de nosotros y nosotras. Hemos entrado a formar parte de
la historia. Nuestro mayo tendrá tanta o más repercusión que el mayo francés del
68”» (Lc 10,17-20).
«“Yo quiero daros públicamente las gracias a cada uno de
vosotros y vosotras, estoy muy feliz por haber podido vivir este momento, como
también dijo hace unos días nuestro joven amigo José Luis Sampedro. Este momento
de profundo gozo no me lo han proporcionado los sabios del mundo, los poderosos,
los entendidos de política nacional e internacional o los brokers de la Bolsa,
sino la gente sencilla, los de corazón abierto al cambio de mentalidad y de
vida. Muchos de los que han luchado por la libertad y la justicia han deseado
ver lo que vosotros estáis viendo y viviendo hoy y no lo han logrado.
Tengamos un recuerdo agradecido hacia ellos y ellas. Os doy las gracias, y
perdonad estas lágrimas, pues estoy profundamente emocionado”» (Lc
10,21-24).
«Una persona de más edad que el resto alzó la mano, le concedieron
el turno de palabra y les manifestó: “Mi vida ha sido en los últimos un
permanente estrés, el trabajo, la familia, los compromisos solidarios… No tenía
ni tiempo para comunicarme con mi mujer.
Entre vosotros y vosotras he encontrado sentido a “perder el tiempo” en estas
asambleas, a no impacientarme, a pasar horas hasta alcanzar el consenso entre
todos. Me habéis enseñado a encontrar lo verdaderamente importante y necesario.
Y no voy a consentir
que nadie ni nada me arrebate este hermoso
descubrimiento”» (Lc 10,38-42). «En el taller de espiritualidad, viendo cómo se
expresaba Jesús y vivía entre ellos, le comentó una chica joven: “Sabes que
muchos de nosotros no somos creyentes, en parte desde una profunda reflexión
personal, y por otro lado por el mal ejemplo y las posiciones políticas y
morales que toman las jerarquías religiosas de nuestro país y de todo el mundo.
Pero nosotros y nosotras intentamos vivir con espiritualidad, que es inherente a
cualquier ser humano, que empapa toda nuestra vida. Tú, ¿oras a tu Dios? ¿Nos
puedes decir cómo rezas?
Y Jesús les respondió: “Estoy de acuerdo plenamente con todas y cada una de
tus palabras.
La espiritualidad es algo propio de cada persona, desde el
principio de la humanidad.
Esa espiritualidad, esa mística, es necesario
aflorarla, para que empape todas nuestras actitudes vitales. Pero, en esta
sociedad materialista, consumista y egoísta que nos impone el neoliberalismo,
debemos alimentarla o se mantendrá oculta y no florecerá ni dará sus frutos.
Yo la alimento contemplando y dejándome impactar por todo lo que sucede a mi
alrededor, por el sufrimiento, la alegría y las esperanzas de quienes me rodean,
en especial por las víctimas del sistema. En ellas se manifiesta el dolor y el
compromiso de Dios por su liberación, que está en buena parte en nuestras manos.
Pero también busco momentos para hablar y comunicarme con su Misterio que está
muy dentro de mí, y a la vez me trasciende. Sencillamente, como un amigo lo
haría con su amiga”.
La joven le pidió intrigada: “Si no te importa y no te
da vergüenza, ¿cómo hablarías en este momento con Él o Ella, pues Dios, si
existe, no tiene género?”.
Jesús se recogió un momento en silencio y,
mirándola a los ojos, dijo desde su más profunda intimidad:
Padre y Madre
nuestra, de los congregados en esta plaza y de toda la humanidad, tú eres el
buen Dios al que se te puede invocar con todos los nombres, desde todas las
culturas, ideas y religiones.
Te pedimos hoy y aquí, que nos des fuerzas para seguir construyendo ese otro
mundo posible que deseas para todos los seres humanos y para la madre
Tierra.
Que sepamos vivir con sencillez, para que otros puedan sencillamente
vivir, que compartamos lo que somos y tenemos, para que los empobrecidos se
sientan personas y puedan vivir con dignidad.
Perdona nuestro egoísmo y nuestra falta de compromiso, y que aprendamos a
perdonar, pues el perdón nos humaniza y libera profundamente.
No permitas que
caigamos en la seducción del desaliento, de la apatía, y que nos esforcemos por
devolver la esperanza a los desilusionados de este mundo, de esta vida que,
tantas veces, se nos hace tan cuesta arriba”.
Calló entonces Jesús y la chica que le había preguntado le dirigió una mirada
llena de cariño y de profundo agradecimiento» (Lc 11,1-4).
«Se acercó una
anciana adonde estaban reunidos y sin esperar a que le dieran la palabra, dijo
llena de emoción: “Muchas gracias, queridos jóvenes, me habéis dado la alegría
de mi vida. Después de lo que habéis conseguido sé que puedo morir en paz. La
vida ha adquirido a mis años un nuevo sentido”.
Jesús se levantó, la abrazó y
le dijo: “Personas como tú nos dan ánimo y esperanza.
Nos ayudáis a continuar para poner en práctica lo que estamos compartiendo y
dialogando
entre todos y todas. Esta es la verdadera comunidad fraterna y
humana. Hoy, para mí,
adquirimos la auténtica imagen de los hijos e hijas
queridos por Dios”» (Lc 11,27-28).
«“No nos preocupemos por lo que vayamos a
comer hoy, pues el almacén de los alimentos está lleno, gracias a la solidaridad
de la gente. No nos impacientemos por conseguir nuestros propósitos en breve,
nuestros pasos deben ser firmes, pero con una visión a mediano o a largo plazo,
conquistando la simpatía de quienes tengamos a nuestro alrededor. No nos
desasoseguemos si hay muchas personas que no nos entienden en un primer momento,
expliquemos con paciencia nuestros deseos y si no nos aceptan, acerquémonos a
otros foros para seguir proponiendo. La meta es ese otro mundo posible que
anhelamos, el resto ya vendrá, si nuestro esfuerzo es permanente y mantenemos la
ilusión.
Todo lo demás irá llegando por añadidura. Nuestra verdadera riqueza está aquí
y ya nadie nos la podrá arrebatar”» (Lc 12-22-34).
«Estamos creando una nueva
sociedad, ¿no lo notáis? Nuestro ardor interior y social está comenzando a
prender como una mecha. Nos harán mil acusaciones, pero hagamos caso únicamente
de las que nos ayuden a crecer como personas y como movimiento.
Nuestras
actitudes crearán división, enfrentamiento, confusión, animadversión. Igual que
les pasó a los grandes profetas, como Gandhi, Martin Luther King, Óscar Romero o
Nelson Mandela. Ya estamos notando divisiones en el gobierno, en la oposición, e
incluso entre nuestras propias familias. Es una señal de que nuestra visión de
una nueva sociedad no deja indiferente a nadie» (Lc 12,49-53).
«Yo creo que nuestra labor hoy es ser como la levadura, que echando muy poco
hace crecer la masa de una barra de pan. O como la sal, que se diluye en las
comidas y les da sabor. Somos pocos, nuestra fuerza es limitada pero, unidos en
red, nuestra debilidad se convertirá en fortaleza por la imaginación y la
solidez de nuestro ejemplo. Hemos sido hasta ahora los últimos de la sociedad,
no hemos contado para nada, pero ya nada será igual a partir de ahora. Los
últimos somos ahora quienes salimos en la primera plana de los periódicos. Pero
nuestro movimiento tiene que ceder su puesto a los últimos de verdad: a los
parados, los inmigrantes, las mujeres violentadas, los jóvenes sin futuro.
Los últimos de verdad deben llegar a ser los primeros en atención y cuidado
por parte de todos, en especial por el gobierno y los servicios públicos» (Lc
13,18-21.30).
«Los periodistas le comentaron: “Está habiendo mucha presión
para que desalojéis la plaza, cualquier día puede venir la policía a
dispersaros”.
Y Jesús respondió: “Aquí seguiremos hasta que el conjunto de
los acampados decida marcharse, no antes. Podéis escribir en vuestros artículos,
para que se enteren quienes gobiernan, que seguiremos de momento hoy y mañana,
luego decidiremos entre todos lo que creamos que es mejor hacer. Hemos decidido
ocupar las plazas y las calles para hacer presente la realidad de exclusión y
marginación de múltiples colectivos, los últimos de la sociedad, los desechos.
Algunos están aquí y el resto están en nuestros corazones, entre nuestras
preocupaciones y propuestas para que dejen de serlo”» (Lc 13,31- 32;
14.21).
«Nuestra mayor alegría es contemplar cómo muchas personas que habían
perdido la esperanza en un mundo mejor, han recobrado la ilusión, la fe, el
ánimo.
Nosotros sabemos bien quiénes son los causantes de esta crisis: los
bancos, los grandes organismos financieros internacionales y la clase política
que cumple a rajatabla sus medidas injustas e inhumanas contra los más débiles.
Sus opiniones contra nosotros no nos causan más que indiferencia. Hasta ahora
nos hemos resignado, pero a partir de este momento nuestra indignación nos ha
hecho revelarnos pacíficamente. Hemos entrado en una nueva era de conciencia,
desde un nuevo paradigma para construir una nueva sociedad, en la que la
democracia, que aceptamos, sea real, participativa, y que sus representantes
tengan una clara vocación de servicio hacia los ciudadanos» (Lc 15,8-10; 16,14-
18).
«Nos decís que producimos escándalo, mal ejemplo, que desobedecemos las leyes
y a los representantes legítimamente elegidos por el pueblo.
Yo os digo que
quienes producen un verdadero escándalo son ellos, pues no son valientes para
renunciar a sus cargos antes de aplicar las medidas draconianas contra los
desheredados
de la sociedad. La constitución obliga a dar trabajo, casa,
atención sanitaria, educación para favorecer una vida digna. ¿Quién causa pues
el escándalo, quién desobedece las leyes, quién se apropia impunemente de los
bienes que pertenecen al pueblo, quiénes disfrutan de unos sueldos de escándalo
cuando hay millones de parados, mientras reducen y eliminan servicios sociales?
Contestaros vosotros mismos. Nosotros solo hemos hecho lo que en conciencia
debíamos hacer» (Lc 17,1-3.10).
«Llegó un joven por primera vez y al ver la alegría que demostraban los
jóvenes en la plaza, preguntó: “¿Qué debo hacer para entrar en este movimiento,
me encanta el ambiente?”. Jesús le respondió: hay gente que está en la cocina,
otros recogen la basura, otros preparan acciones para denunciar las situaciones
injustas, otros están en el servicio de información y comunicación. Buena parte
de nosotros nos quedamos a dormir en la plaza”.
Y el buen chaval le miró
desconsolado, porque tenía cerca los exámenes finales, en su familia no le
entenderían y no le dejarían dormir en la plaza, le daba miedo emprender
acciones que le pudieran causar problemas. Y se dio la vuelta lleno de tristeza,
pues no se veía sin fuerzas para comprometerse hasta ese extremo.
Jesús dijo a quienes tenía a su lado: “Es un buen chico, pero tiene que
superar aún sus incoherencias personales, los miedos ante las opiniones de su
familia, aceptar la necesidad de un compromiso vital y satisfactorio. Démosle
tiempo al tiempo, no todo el mundo está en condiciones de asumir su
responsabilidad para trabajar por ese otro mundo posible por el que estamos
aquí” (Lc 18,18-27).
«Llegaron unos mensajeros de un partido político, sin decirlo abiertamente,
para sondearles, y les dijeron: “Nosotros simpatizamos con algunas de vuestras
propuestas, pero en esta época de crisis no es posible seguir manteniendo el
estado del bienestar tal como lo hemos vivido hasta ahora, es necesario
racionalizar los servicios públicos. ¿Qué medios proponéis para mantenerlos y
paliar el problema del paro?”.
Jesús respondió: “Hay que gravar a las rentas más altas, combatir con firmeza
la corrupción, perseguir hasta eliminar el fraude fiscal, rebajar drásticamente
los sueldos de los políticos y de los altos cargos de la administración,
suspender los sueldos vitalicios y otras medidas similares. Invertir más en
obras públicas, en lugar de reducirlas. Con solo estas medidas la realidad de
nuestro país sería muy diferente, y con lo que se recaudara se podría invertir
para mejorar los servicios sociales y crear empleo. Y si no os sentís
capacitados para llevarlas a cabo, lo más digno sería dimitir de las tareas de
gobierno, para no ser cómplices de vuestras medidas injustas contra el pueblo”»
(Lc 19,1-9).
«En una de las asambleas, decidieron emprender acciones audaces que
despertaran a la opinión pública, señalando a los principales causantes de la
crisis. Para ello, secretamente, a través de twiter y facebook, se emplazaron en
distintos lugares y a unas horas determinadas. Los sitios eran los templos de la
democracia representativa y de las finanzas: el Parlamento, los Ayuntamientos,
algunos bancos y la Bolsa. Allí, pacíficamente, demostraron con consignas su
indignación, repartieron a la gente con la que se cruzaban algunos panfletos y
se paraban a hablar para explicarles el porqué de sus acciones. Otros miembros
del movimiento realizaban performances con los que atraían la atención y
comunicaban de otra forma sus reivindicaciones» (Lc 19,45-46).
«Portavoces del Parlamento les preguntaron irritados: “¿Con qué autoridad
hacéis esto?
Nosotros somos los representamos del pueblo, hemos sido elegidos
por él en las elecciones.
¿Os creéis que podéis actuar impunemente? Estáis
atentando contra la democracia representativa que aceptamos en el año 78
aprobando la Constitución”.
Jesús les respondió: “Nosotros no estamos ni
contra la Constitución ni contra la democracia.
Al contrario, queremos que se
profundice, que sea más participativa, que sea más justa y que se cumplan los
deberes que impone a los representantes del pueblo: ofrecer trabajo, sanidad,
educación, vivienda, una vida digna y satisfactoria para los ciudadanos.
Y que los representantes del pueblo sean verdaderos servidores del mismo, no
que se sirvan del pueblo para gobernar en contra de él. Pensadlo bien, a partir
de ahora os vamos a controlar más de cerca y os diremos a las claras lo que
consideremos injusto y en contra de los derechos de la gente”» (Lc 20,1-8).
«Igualmente les increparon los dirigentes de los grandes bancos y de la
Bolsa. Les decían que ellos eran depositarios de los ahorros de la gente, que
los gestionaban con total transparencia y que la banca española era un ejemplo a
nivel europeo por su solidez.
Jesús entonces les pidió que le enseñaran un
euro. Ellos se quedaron sorprendidos, se lo pidieron al cajero, pues no llevaban
ningún dinero suelto, y les dijo:
“¿De qué es esta inscripción?”. Y ellos
respondieron: “Del Banco Central Europeo”. Y Jesús les respondió: “Pues dad al
Banco Central lo que le corresponda, pero lo que tenéis es una deuda con el
pueblo, le tenéis que devolver todo lo que le habéis robado. Os han dado ayudas
para salir adelante, después de la crisis que habéis causado, y encima no
ofrecéis ningún préstamo a los particulares, ni a las pequeñas y medianas
empresas.
Dejáis en la calle a quienes se quedan en el paro y no pueden abonar su
hipoteca. No aceptáis que os devuelvan el piso en pago por lo que les queda de
pagar de la misma.
Con todos mis respetos, sois unos verdaderos usureros, sin
ninguna conciencia. Y algún día el pueblo os pagará con la misma moneda”. Arrojó
el euro al suelo y ellos se dieron la vuelta, rojos de ira. Llamaron a la
policía para que los desalojaran, pero después de una hora larga, ésta aun no
había aparecido (Lc 20,20-26).
«Jesús dijo en alto a quienes le acompañaban: “No hagáis caso de lo que os
diga esta clase dirigente, sea política o económica. Se visten con las marcas
más caras del mercado, les gusta aparecer en los programas de máxima audiencia y
en la primera plana de los periódicos. Les encanta sentarse en los primeros
puestos de las reuniones de accionistas y ser saludados con devoción por sus
súbditos, pero son peores que las alimañas, buscando solo su propio interés, el
máximo beneficio al menor coste, no les importa dejar en la calle a quien no
pueda devolver sus préstamos, y se creen los salvadores de
este país. En
algún momento serán juzgados y pagarán por todas sus culpas. Y os aseguro
que
llegará un día en que de estos edificios que veis ahora no quedará piedra sobre
piedra. Todo será destruido” (Lc 20,45-47; 21,6).
«Mirad todo lo que hemos conseguido en tan poco tiempo. Igual que en la
primavera surgen los primeros brotes y en el verano maduran los frutos, así ha
sido entre todos los que hemos puesto nuestro granito de arena. Hemos tenido la
inmensa suerte de contemplar la cosecha de nuestro esfuerzo conjunto. Estamos
contemplando ese otro mundo posible en nuestras plazas y calles, entre nosotros
mismos» (Lc 21,29-32).
«Todo esto ha sido gracias a la buena cabeza que hemos tenido. Ni botellones,
ni suciedad en la vía pública, con un buen rollo colectivo, bien organizados,
con acciones atrevidas pero pacíficas. Sin embargo, debemos estar alertas y
mantener este espíritu que hay ahora, que además es tan contagioso. No
decaigamos, amigos y amigas, estamos aquí por un futuro mejor, tanto para
nosotros, como para los más débiles de nuestra sociedad y las víctimas de este
mundo injusto» (Lc 22,34-38).
«Por fin, viendo que la ocupación de las plazas había cumplido ya su función,
después de una larga deliberación, decidieron en una votación, casi por
unanimidad, dejar la plaza y seguir con otras actividades, otras movilizaciones,
extendiendo el trabajo concreto a los barrios.
Decidieron tener una fiesta y una cena especial de despedida. Habían pasado
muchos días, varias semanas. Estaban agotados, se notaba el cansancio, pero
también el deseo de continuar y los ánimos en alza. Después de charlar sobre los
últimos sucesos, la difícil decisión de dejar la acampada, las anécdotas de
tantos días juntos, empezaron a preparar la cena.
Jesús estuvo trayendo junto a otros amigos y amigas los bocadillos, las
tortillas preparadas, fruta, agua y café. En un momento de la cena, pidió la
palabra y les dijo: “Esta cena tiene un triste sabor a despedida. Pero no quiero
que terminemos así. Hemos tenido durante todo este tiempo un montón de
asambleas, nos hemos ido conociendo, aceptando, respetando y, por qué no
decirlo, queriendo también. Vosotros y vosotras ya formáis una parte vital,
importantísima de mi vida. Y creo que yo formo parte también de la vuestra.
Nuestra entrega voluntaria por otro mundo mejor, más justo, ha dado sus frutos.
Pequeños, incipientes, pero semillas de un futuro más humano, en paz y
fraternidad.
Nos alejaremos, cada uno volverá a su casa, pero seguiremos
unidos, trabajando en cada
barrio y nos veremos en las movilizaciones
conjuntas. Seguiremos charlando por facebook.
Ha sido una inmensa gozada trabajar con vosotros. Ya no os llamo ni siquiera
colegas, amigos, sino que habéis pasado a ser como de mi propia familia. Me
habéis enseñado un montón de cosas. Os puedo asegurar que ahora soy diferente a
cómo era cuando dormí la primera noche aquí. He aprendido que no hay nadie más
importante que otro, que nadie es imprescindible, pero que todos somos
necesarios. He comprendido que servir a los demás reporta más felicidad que
esperar a que te sirvan a ti. Gracias a todos, a todas. Nos seguiremos viendo.
Ahora a seguir trabajando cada uno en su parcela”.
Hubo otras intervenciones, igual de sentidas, en las que siguieron aflorando
los sentimientos, la tristeza, el gozo, la esperanza, la incertidumbre, la
ternura. Y también se derramaron lágrimas de alegría (Lc 22,14-30).
Y cuando
todos y todas terminaron de comunicarse, Jesús tomó su guitarra y cantaron y
bailaron durante toda la noche. Una noche en la que incluso en el cielo de
Madrid se pudieron vislumbrar algunas estrellas. Así estuvieron hasta que los
primeros rayos del Sol les sorprendieron aún despiertos, más despiertos que
nunca, disfrutando de ese nuevo amanecer que, como una hermosa metáfora, se
abría desafiante ante el futuro.
Muchas más cosas podría contaros de lo que sucedió en estos días tan hermosos
y vibrantes, pero ya hay otros libros que recogen los hechos con más
objetividad. Leedlos, ahí se recoge parte de nuestra reciente y prometedora
historia
Redes Cristianas contra la guerra de Libia
Redes Cristianas que agrupa a más de 40 organizaciones,
movimientos y comunidades cristianas en España, quiere manifestar públicamente
su repulsa y denuncia ante lo que está aconteciendo en lo que muchos no quieren
llamar Guerra de Libia. No miramos para otro lado, estamos atentos a lo que pasa
en el mundo y calificamos esta agresión militar de algunos estados occidentales,
incluido el español, como una hipocresía que se ampara en la resolución 1973 de
la ONU para apoderarse de las riquezas naturales de Libia, sobre todo gas y
petróleo y además tener el control directo de los procesos políticos que se dan
en el norte de África (Túnez, Egipto, Libia) y en las petromonarquías del Golfo
Pérsico. La ONU, como organismo internacional para mantener la paz en el mundo,
no puede moralmente “dar permiso para matar y destruir”, como están haciendo,
amparándose en esa resolución.
El desarrollo de los ataques sobre Libia está
poniendo de relieve, como tantas otras veces, que esta guerra no puede ser
legal, pues aunque se conceda alguna legitimidad a la ONU, -manipulada por unos
pocos países-, no se está respetando la resolución 1973, que sólo autoriza a
intervenir “para proteger a las poblaciones civiles”. También ahora, con el
mismo cinismo que en guerras anteriores, se recurre desde los grandes medios de
comunicación, al discurso de los “Derechos Humanos”.
Pero nadie con un nivel mínimo de información puede ya creer a gobiernos que
en tantas ocasiones han provocado masacres sobre millones de personas y depuesto
a gobernantes que no se plegaban dócilmente a los intereses de sus
multinacionales. El terrible sufrimiento que vienen provocando en Iraq y
Afganistán – con el pretexto del burka o las armas de destrucción masiva – nos
debe recordar que siempre que hablan de “intervención humanitaria” están
preparando un gigantesco robo “a mano armada”.
No es difícil advertir el cinismo de estos Estados y multinacionales de la
explotación y la guerra manteniendo al tirano contra su propio pueblo mientras
defiende los intereses de ellos –como parece ser el caso de Gadafi-, pero que no
dudan en masacrar a todo el pueblo para derrocarle cuando el tirano se crece y
se opone a sus dictados. Apoyamos a la población civil que trata, con medios
pacíficos, de crear condiciones más democráticas en sus países. Esto incluye el
apoyo al derrocamiento de Gadafi. Sin embargo, condenamos el maniqueísmo de
quienes únicamente proponen un medio para lograr dicho fin: una supuesta
‘intervención armada humanitaria’ de la OTAN.
Lo mismo diríamos de otros muchos dictadores que oprimen a su pueblo aunque
todavía no se hayan levantado. Nos podríamos preguntar ¿Por qué intervenir en
Libia para proteger a la población civil y no intervenir en Bahrein, Yemen,
Siria, Sudán, Costa de Marfil, o al mismo Israel respecto de Palestina? ¿Porqué
una población civil debe ser protegida y otra no? ¿Quizás el Occidente considera
Arabia Saudí, vinculada a los EEUU, como un régimen democrático?
Vivimos en momentos muy difíciles en que millones de trabajadoras y
trabajadores atraviesan situaciones dramáticas de supervivencia, se recortan por
todos lados derechos y prestaciones sociales, se destruye empleo día a día y se
niega una esperanza de futuro a tantos jóvenes, el dispendio económico de una
nueva guerra resulta aún más INTOLERABLE. Hoy, más que nunca, es necesario
gritar bien alto: ¡Ni un euro para la guerra! ¡Los gastos militares para
derechos sociales!
Como creyentes en Jesús de Nazaret, estamos en contra de todas las Guerras y
además estamos convencidos de que hay otros muchos cauces de presión política y
económica a disposición de los Estados más poderosos y de la misma ONU, -que,
para ser de todos, necesita una urgente desprivatización- sin necesidad de tener
que recurrir a la intervención militar que solo genera más injusticia
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